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Actualizado: 13 de noviembre de 2025
Decididamente, gustaba á todos este nuevo individuo de la familia, que hociqueaba el pesebre con extrañeza, como si encontrase en él algún lejano olor del compañero muerto.
Al caer la tarde se notó gran agitación en el campo y luégo fuertes clamores y el toque de cien cornetas. No tardó en descubrirse la causa; por el camino más lejano del punto donde se hallaban agazapados los arqueros llegaba una fuerte columna, nuevos refuerzos para el ejército castellano.
Años adelante, al conocer con su precocidad de muchacho poco vigilado las relaciones que existen entre hombres y mujeres, presintió que todas estas lágrimas debían ser motivadas por ligerezas é infidelidades del lejano navegante. El adoraba á su madre con una pasión de hijo único y mimado, pero no admiraba menos al capitán, excusando todas las faltas que pudiese cometer.
La muerte de su padre permanecía envuelta para Adriana en una penumbra de lejano misterio. Había llegado a la sospecha, luego a la certidumbre, de un suicidio. El episodio se remontaba a los primeros años de su infancia.
No es la geografía de este ó de aquel país, ó de tal ó cual estado, sino la geografía propiamente dicha, la Geografía como ciencia; y bajo este punto de vista, no está lejano el día en que se comience á enseñar á los jóvenes LA GEOGRAFÍA CIENTÍFICA. Sin el conocimiento de los rudimentos de esta ciencia, ¿cómo se podrá jamás llegar con provecho al estudio y menos aún, al conocimiento de la geografía patria ni de la universal?
De tiempo en tiempo, volvía el rostro a la ciudad, ya sólo se distinguía sobre el lejano límite de las praderas, la línea un poco oscura de sus bulevares y las extremidades de sus campanarios.
Volvieron todos lentamente á la terraza superior y apenas llegados lanzó Simón una exclamación de alegría. ¡Albricias! exclamó. ¿Oís? Es el canto de guerra de la Guardia Blanca. Antes de bajar me pareció oirlo también como un eco lejano, pero no estaba seguro de ello. Nuestros amigos llegan. ¡Oid! Todos se pusieron á escuchar. La duda no era posible.
Una tenue nubecilla, algo así como una leve pincelada blanca, destacábase en el azul del horizonte ante la proa del trasatlántico. Era un velero, todavía lejano, que navegaba con el mismo rumbo del Goethe.
Desfiló ante el vapor toda la costa de la Marina; luego, el cabo Huertas, el lejano puerto de Alicante y el cabo de Santa Pola. A la caída de la tarde, el Mare nostrum estaba frente al cabo Palos, y tuvo que navegar aguas afuera para doblarlo, dejando Cartagena á lo lejos.
Ha sido un viaje delicioso corroboró Cirilo con toda su alma. Tristán disimuladamente sacudía la cabeza mirando a Clara con expresión de burla y sorpresa; pero aquélla, gozando con la risa de Visita, no le hacía caso. Era en efecto la risa de la ciega tan fresca, tan comunicativa que no se la podía oír sin sentirse tentado de ella. Aquel matrimonio tenía un parentesco lejano con don Germán.
Palabra del Dia
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