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Actualizado: 7 de octubre de 2025
En dicha carta la decía tendría sobre anclas el barco hasta abarrotar sus bodegas y cubierta de madera, y aprovechando la circunstancia de la larga estadía, y la proximidad del cafetal al fondeadero donde hacía su carga el velero Neblí, invitaba el capitán á sus antiguas y leales amigas á pasar unos días á bordo.
Finalmente, quiero, Sancho, me digas lo que acerca desto ha llegado a tus oídos; y esto me has de decir sin añadir al bien ni quitar al mal cosa alguna, que de los vasallos leales es decir la verdad a sus señores en su ser y figura propia, sin que la adulación la acreciente o otro vano respeto la disminuya; y quiero que sepas, Sancho, que si a los oídos de los príncipes llegase la verdad desnuda, sin los vestidos de la lisonja, otros siglos correrían, otras edades serían tenidas por más de hierro que la nuestra, que entiendo que, de las que ahora se usan, es la dorada.
Las muchedumbres dejaron de matarse y colgaron las armas gracias a la feliz gestión casamentera de un canciller, que resolvió una vasta y pavorosa tragedia tramando una boda oportuna que acabó con el rencor de dos monarquías y de sus leales súbditos.
Su esposa no cesaba de cavilar y de calentarse el cerebro, ya contando horas y minutos, ya imaginando obstáculos, o bien discurriendo el modo de ir al encuentro de su cara mitad, cosa harto difícil ciertamente por no saber qué camino traía. El cólera había llenado de consternación y luto el alma de la señora, afectando también a sus leales amigos.
Desgraciadamente para las dos hermanas, Yégof había establecido hacía muchos años su residencia de invierno en la caverna de Luitprandt. De allí partía en la primavera para visitar sus innumerables castillos y pasar revista a sus leales hasta Geiersteid, en el Hundsrück.
En estremo valientes, atrevido», emprendedores, industriosos, francos y leales, eran estos indígenas los guerreros mas temidos por las otras naciones: sus armas consistian en el arco y las flechas; manejaban tambien la lanza, y marchaban al combate organizados en falanges capitaneadas por gefes especiales.
Jóvenes, leales y valientes, les bastaba que el Rey manifestase sus deseos; lo único que deseaban era mostrarle su buena voluntad, y tanto mejor si para ello tenían que desenvainar la espada. Así quedó trasladado el teatro de los sucesos desde Estrelsau al palacio de Tarlein y al castillo de Zenda, que se alzaba sombrío y amenazador al otro lado del valle.
Dios, de seguro, nos ayudará. Dios, en sus altos juicios, permite el martirio de los inocentes dijo profundamente el padre Aliaga ; somos muy pocos los leales; muy pocos los que servimos como Dios manda á nuestros reyes... luchamos y lucharemos... si caemos en la lucha, habremos caído cumpliendo con nuestro deber. Pero aprovechemos el tiempo, señora; ¿qué pasa en palacio?
Por esta causa fueron condenados a cinco años de galeras; el mayor consiguió escaparse, pero no habiendo conseguido favorecer la evasión de su hermano, volvió a ingresar en presidio, por no querer abandonar a aquel ser querido. En fin, dos valientes y leales camaradas, si los hay; pero, ¿qué queréis? enfrente de la muerte está permitido sentirse un poco egoísta.
Si Diego de Rivera hubiera desempeñado sus encargos con mas prevision, con otro amor, ó con mas humanidad; repitiendo los auxilios con las embarcaciones de su mando, se hubieran fijado aquellas poblaciones; ó por lo menos no se hubieran perdido tan leales y desgraciados españoles: pero su inconstancia, y el ningun sufrimiento á los trabajos, hicieron inutiles los esfuerzos del Rey, y sacrificaron á estos infelices.
Palabra del Dia
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