Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de mayo de 2025
Los puertos son muy pocos: solamente en el Puerto Deseado, en San Julian y en la bahia de San Gregorio se halla abrigo para los navios. En el Puerto Deseado hay una fuente, de la cual en caso de necesidad pueden hacer aguada los navios.
Todo eran iglesias derribadas, escándalos antirreligiosos, capillitas protestantes establecidas aquí o acullá, libertades de enseñanza, de cultos, de esto y de lo otro.... Julián se limitaba a deplorar tamaños excesos, y a desear que las cosas se arreglasen, lo cual no daba tela a Máximo para armar una de sus trifulcas favoritas, tan provechosas al esparcimiento de su bilis y tan fecundas en peripecias cuando tropezaba con curas ternes y carlistas, como el de Boán o el Arcipreste.
El concejal se apresuró a cumplir el mandato. Al cabo de un instante se presentó la doncella de la señora. Tiene usted que salir a comprar una vara de seda le dijo ésta. La doméstica, después de enterarse de las particularidades del encargo, se dispuso a salir para darle cumplimiento. D. Julián, que había escuchado atentamente, la detuvo con un gesto.
Lo pronunció con tanta sumisión, que Julián a su vez quiso mostrarle un poco de caritativo interés. ¿Y el niño? preguntó . ¿No le hizo mal lo de ayer? No, señor.... Durmió como un santiño y ya anda corriendo por la huerta. ¿Ve? Allí está.
Si es desvarío de mi imaginación Dios me lo perdone, pero a menudo todo aquello de D. Rodrigo, D. Julián, D. Opas, la Cava y los hijos de Vitiza, me parece un pronunciamiento como los de ahora, salvo que hubo en él unos cuantos moritos, que vinieron como legión extranjera. De aquí que la batalla del Guadalete y la batalla de Alcolea sean a mi ver muy semejantes.
Es el caso que el excelentísimo señor don Teodoro de Croix tenía la costumbre de almorzar diariamente cuatro huevos frescos pasados por agua caliente; y era sobre este punto tan delicado, que su mayordomo, Julián de Córdova y Soriano, estaba encargado de escoger y comprar él mismo los huevos todas las mañanas.
Julián no tuvo ni tiempo de protestar contra este cambio de ministerio y vuelta al antiguo régimen.
Reparó el capellán que estas palabras suyas produjeron singular efecto en el marqués. Se contrajo su fisonomía: sus cejas se fruncieron, y arrancándole a Julián el chiquillo, con brusco movimiento le sentó en sus rodillas, palpándole las manos, a ver si las tenía mordidas o lastimadas. Seguro ya de que sólo el chaquetón había padecido, soltó la risa.
Cuando tras tanto penar llegas, cubierto de gloria, á gozar de la victoria al amor de nuestro hogar, dime: ¿Qué negro pesar turba, hermano, tu alegría? ¿Qué negra melancolía te entristece á nuestro lado? ¡Ay, Julián! ¡Que me ha olvidado la mujer que yo quería!
Por informes y noticias que se han tomado de los indios prácticos de sus inmediaciones, aseguran que á este rumbo llega muy cerca de las cordilleras, donde desaguan algunos arroyos de agua dulce, y que en el terreno que media á ellas, está el camino de los indios de San Julian para el rio Tucamelel, ó de la Encarnacion.
Palabra del Dia
Otros Mirando