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Actualizado: 29 de mayo de 2025


En medio de su doloroso vértigo oyó una voz que le pareció resonante como toque de clarín.... La voz decía algo. Julián entendió únicamente dos palabras: Una niña.

"Nuestro Señor guarde á V.S. muchos años. Tupiza, y Marzo 17 de 1781." Antolin de Chabarri. Manuel de Montellano. Pedro Pizarro Santander. José Leon de los Rios. José Dávalos. Pedro Julian Calvete. Ramon Ignacio Dávalos. José de Burgos. Alberto Puch. José Martinez. Felipe Aranibar. Señor Comandante General D. José Reseguin.

Lo últimamente reconocido, mas al sud de San Julian en el Rio de Santa Cruz, segun lo demuestra el plano levantado por el pilotin José de la Peña, se puede hacer formal juicio de su inutilidad por todos términos.

Al pronunciar sin intención la frase, Nucha, desde el suelo, alzaba la mirada hacia Julián. La descomposición de la cara de éste fue tan instantánea, tan reveladora, tan elocuente, tan profunda, que la señora de Moscoso, apoyándose en una mano, se irguió de pronto, quedándose en pie frente a él.

Por fin alzó la cabeza y dijo: ¿Se acuerda usted de la burra que hubo que buscar en Cebre para mi mujer? ¡No me he de acordar! Pues la señora del juez..., ríase usted un poco, hombre..., la señora del juez se avino a prestármela porque iba Primitivo conmigo. Si no.... No hizo Julián reflexión alguna acerca de un suceso que tanto indignaba al marqués.

Juan José Lezica Martin Gregorio Yanis Manuel Mancilla Manuel José de Ocampo Juan de Llano Jaime Nadal y Guarda Andres Dominguez Tomas Manuel de Anchorena Santiago Gutierrez Dr. Julian de Leiva Licenciado D. Justo José Nuñez, Escribano público y de Cabildo.

Y tal fue en efecto el resultado inmediato de aquella conferencia donde, con mejor deseo que diplomacia, había intentado Julián presentar la candidatura de Nucha. Desde entonces el primo gastó con ella bastantes bromas, algunas más pesadas que divertidas.

Porque ya es hora de decir que el marqués de Ulloa auténtico y legal, el que consta en la Guía de forasteros, se paseaba tranquilamente en carretela por la Castellana, durante el invierno de 1866 a 1867, mientras Julián exterminaba correderas en el archivo de los Pazos.

Poco después de este furibundo demagogo, otro personaje entró en escena. ¿Quién será? dijo el Doctrino sintiendo los pasos. Apuesto á que es el mismo Lobo en persona. Un hombre alto, flaco y vestido de negro entró en la habitación. Era don Julián Lobo, célebre republicano que después fué faccioso y uno de los más sanguinarios chacales del absolutismo.

Despues que V.E. se dignó facilitarme el parecer del Super-intendente D. Antonio Viedma, sobre los establecimientos del puerto Deseado, y Bahía de San Julian, he mudado el concepto que formaba de estas situaciones, que se habian figurado antecedentemente con un aspecto melancólico, faltos de todas aquellas circunstancias que pudiesen animar la empresa de poblarlos.

Palabra del Dia

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