Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de junio de 2025


Nobleza les sobra para ello por los cuatro costados, pues así los Juárez, como los Zapatas, y los Delgados y Pontes, son de lo más alcurniado de Andalucía. Los Pontes tienen una puente sínople sobre gules, y cuarteles de azur y oro...

Justamente: de D. Alejandro Juárez... Bueno: pues Rafael contrajo en las Higueras la afección del hígado que le llevó al sepulcro a los cincuenta y cinco años de edad. ¡Lástima de mocetón, casi tan alto como yo, señora, con una musculatura no menos vigorosa que la mía, y un pecho como el de un toro, y aquel rostro rebosando vida!... ¡Ay!...

No lo que me pasa... pues , más tiempo, porque cuando estuve aquí con ji ji ji... Juárez el Negro, te vi y no te vi... y siempre él delante, y un día que le dije que te quería, sacó un cuchillo muy grande, ji ji ji... y me quiso matar... Yo muriéndome por hablarte y él que no... que no... Nuestro nenín muerto, y yo más muerta, ji ji; y en Barcelona me acordaba de ti y te mandaba besos por el aire, y en Zaragoza... besos por el aire... ji ji, y en Madrid lo mismo.

Lo del señorito Santa Cruz, siendo tan desastroso, lo refería con prolijidad y aun con cierta amarga complacencia; pero lo de Juárez el negro salía de sus labios como una confesión forzada o testimonio ante tribunales, de esos que van quemando la boca a medida que salen. ¡Cuánto le pesó ponerse en manos de aquel hombre! Era un perdido, un charrán, una mala persona.

Hombre, tanto como de millones, no creo... Diré a usted: mi parte en la herencia, como la que también disfruta Doña Francisca Juárez, no pasa de una pensión, cuya cuantía no sabemos aún a punto fijo. Pero podré darle a usted dentro de poco noticias exactas. ¿Por casualidad es usted periodista? No, señor: soy pintor heráldico. ¡Ah!

Cosa rara, ¿verdad?... Y como no tenía un triste pedazo de pan que llevar a la boca, y él me lo daba, ahí tienes... Yo dije: «me vengaré yéndome con este animal». Cuando tuve a mi niño, me consolaba con él; pero luego se me murió; y cuando reventó Juárez, como yo me pensé que ya no me querías, dije: «pues ahora me vengaré siendo todo lo mala que pueda».

El emperador quería establecer la rancia etiqueta austriaca, pero las matronas mejicanas, al visitar á la joven emperatriz, le decían maternalmente, con una llaneza criolla: «¿Cómo le va, Carlotita?... ¿Qué le parece este país, hija mía?» A impulsos de una franqueza semejante, doña Mercedes terminaba diciendo: Papá, al ver que el Imperio iba mal, reconoció á Juárez y se fué con los republicanos.

Su único error fue abominar del matrimonio, despreciando los excelentes partidos que sus amigos le proponíamos. Los últimos años vivió en un cortijo llamado las Higueras de Juárez... Lo conozco. Esa finca fue de mi abuelo.

Mi tía me echó de la casa y mi tío se desapareció. Yo estaba enferma, y Juárez me dijo que si me iba con él, me llevaría a baños. Decía que ganaba montes y montones en las romerías, y que yo iba a estar como una reina. No se podía casar conmigo porque era casado, pero en cuantito que se muriera su mujer, que era una borrachona, cumpliría, si señor, cumpliría conmigo.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando