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Actualizado: 24 de julio de 2025
Como recuerdo de aquella visita queda hoy un interesante documento, el cual es una carta escrita en japonés, la que fué entregada por los embajadores al Ayuntamiento con toda solemnidad y que se custodia en el Archivo del Municipio para interés de las personas aficionadas á las históricas curiosidades.
Allí estaba el pedazo de bruto lo mismo que un ídolo japonés acurrucado en su hornacina, con los brazos en jarras, los mofletes muy colorados, la boca de oreja a oreja y los ojos muy risueños, viendo llegar a sus convecinos, tan tranquilo y descuidado como si los hubiera citado él para que acudieran a aquel sitio y a la hora en que llegaban.
A finales de 1995, he creado en la web el sitio 'The Languages of the World by Computers and the Internet' y he intentado proponer – en inglés y en japonés – un breve historial de todos estos idiomas, así como las características propias de cada lengua y de su fonética.
Hasta hace poco, señores, continuó, el pansit se creía chino o japonés, pero es el caso que no conociéndose ni en la China ni en el Japon, parece ser filipino, y sin embargo los que lo guisan y benefician son los chinos: idem de idem de idem lo que les pasa al gobierno y á Filipinas: parecen chinos pero si lo son ó no lo son, doctores tiene la Santa Madre... Todos comen y gustan de él y sin embargo hacen melindres y ascos; lo mismo le pasa al pais, lo mismo al gobierno.
Sorprendido Jacobo, rechazó el brusco ataque, separando al niño con un poderoso esfuerzo de sus nervudos brazos, y arrojólo lejos de sí, cual si fuese un saco de arena, a cuatro pasos de distancia; su cabeza fue a chocar contra un enorme jarrón japonés, de bronce antiguo, que despidió un sonido metálico.
La comida fue divertidísima; Currita tuvo el capricho de mandar preparar a su cocinero un menú; japonés, y todos se sentaron a la mesa con los mismos trajes japoneses con que en diversos grupos y actitudes se habían retratado en la cabaña de Fernandito.
El príncipe se alejó, como molestado por esta alusión. ¡Le habían dicho tantas cosas de ella!... Pero su imagen le fué acompañando durante el resto de la ceremonia. Continuaba siendo hermosa, mas con una belleza extraña. Había perdido su dorado cutis de fruto sazonado, y era pálida, con una blancura pajiza de papel japonés.
Hoy, un japonés es un señor civilizado vestido a la europea; un polinesio va como turista a la Meca, en un magnífico paquebot de quince mil toneladas. La musa del progreso es la rapidez: lo que no es rápido está condenado a morir. Todo ello es mejor, ¿quién lo duda?
Era una manada de salvajes, compuesta de dos tagarotes como de diez y doce años, una niña más chica, y otros dos chavales, cuya edad y sexo no se podía saber. Tenían todos ellos la cara y las manos llenas de chafarrinones negros, hechos con algo que debía de ser betún o barniz japonés del más fuerte.
De repente don Juan se dirige hacia la alcoba, porque más allá del hueco que la separa del despacho, se ve la cama cubierta de un rico paño japonés. «Esto está mal; no debe verse tanto» pensó, y desplegando un biombo de telas antiguas, ocultó el lecho, del cual sólo quedaron visibles las almohadas, blancas, limpísimas, aún cuadriculadas por los dobleces del planchado.
Palabra del Dia
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