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Actualizado: 23 de junio de 2025
Lo inusitado de la cita y de la hora, movió en alto grado su curiosidad. Intentó satisfacer siquiera una parte de ella, echándome memoriales de un dulzor empalagoso; pero no me di por entendida. »Al despedir más tarde a Pepe Guzmán, le encargué mucho que no faltara la noche siguiente, para darle cuenta minuciosa del cumplimiento de uno de los trámites más importantes de mi plan.
Es posible que la niña menor de D. Pantaleón suponga que un violín no tiene derecho a expresarse de modo tan ardoroso, o bien considere como un insulto personal aquel juego inusitado de las corcheas.
Si los conociese, tal vez notaría el brillo inusitado de los ojos de sus amigos cuando la dejaba correr por su garganta y se ruborizara.
Artegui hablaba con su entonación lenta y desdeñosa de costumbre. No insistió Lucía , si lo extraño no es lo que me ha sucedido. Lo que hallo inusitado, es usted. Vamos, Don Ignacio, que usted bien lo conoce. Yo nunca vi a nadie que pensase lo que usted piensa, ni que lo dijese; y por eso a veces murmuró cogiéndose la frente con ambas manos suele pasarme por acá la idea de que estoy soñando aún.
Con admiración observamos que el poeta, hasta ahora semejante á una mariposa, que vuela de flor en flor, se transforma en águila de improviso y alza su vuelo hasta las nubes; el Tirso imparcial y burlón desaparece de nuestra vista y se nos presenta como un poeta histórico, que celebra con frases inspiradas los hechos memorables del noble pueblo español, y su estilo, inseguro á veces y del colorido más vario, cobra vigor inusitado á medida que sus pensamientos se subliman.
Una tortilla costaba un real; una sardina, cinco céntimos; una ensalada, otros cinco; un plato de legumbres, 15...; un bifteck con patatas, dos reales. Cuando algún parroquiano pedía este plato inusitado, el mozo dudaba antes de servirlo, o murmuraba suspicaz: Este pájaro «está en dinero». Debe de haber cometido alguna estafa...
El primer movimiento de Ester fué cubrir la letra con ambas manos; pero fuese orgullo ó resignación, ó la idea de que la pena á que había sido condenada la satisfaría más pronto por medio de este dolor indecible, resistió el impulso y se irguió en su asiento, pálida como la muerte, mirando con tristeza profunda á Perla cuyos ojos brillaban de inusitado modo.
Si Miguel se hubiera fijado en ella, tal vez habría advertido en sus ojillos inquietos y negros un brillo singular y en sus manos cierto temblor inusitado; pero se hallaba tan embebido en sus pensamientos y habitual melancolía, que nada observó. Dime, Miguel le dijo la joven levantando resueltamente la cabeza, ¿qué piensas hacer cuando te levantes?
Yo lo he curado, señores; yo, yo, por un procedimiento nuevo, inusitado, que yo solo conozco».
Porque eso sí, ella respetaba la casa paterna y jamás allí las tenía, como no fuese con mil sigilosas precauciones y a furto del severo autor de su existencia. Catalina, al acudir a fiesta tan numerosa y estruendosa, daba un paso atrevido e inusitado, y atropellaba un poco su decoro, y, si no su buena, su mediana fama: todo por devoción a Arturito, cuya munificencia la encantaba y seducía.
Palabra del Dia
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