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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Doña Beatriz ha ideado esta intriga para probar la perspicacia del caballero extranjero, y para cerciorarse de que es espontáneo el amor que le profesa; con este objeto, sin revelar su plan, distribuye, entre sus hermanas, varias joyas y otras prendas para engañar mejor á su amante.

La confusión de un jardín y Los engaños de un engaño pertenecen á una clase distinta de las de enredo ó intriga propiamente dichas.

En las demás, é indudablemente con arreglo á los preceptos del arte verdadero, se confunden y mezclan de tal suerte los caracteres y los sucesos externos, deduciéndose unos de otros necesaria é íntimamente, que es preciso renunciar á la clasificación indicada. Es, por tanto, absurdo hablar de las comedias de intriga de Lope, para significar que tal es el carácter esencial que las distingue.

Jacinta tuvo ya en la punta de la lengua el lo todo; pero se acordó de que noches antes su marido y ella se habían reído mucho de esta frase, observándola repetida en todas las comedias de intriga.

Así no consiguen nunca lo que desean y viven condenados al perpetuo alcaldazgo de don Basilio, conspicuo villaverdino, reflexivo y listo, que intriga más de lo que parece y que sabe más de lo que suponen sus paisanos. Estos son muy celosos de sus glorias y admiradores fidelísimos de sus hombres ilustres.

Mas de repente, cuando esta voz tomaba cuerpo y comenzaba a excitar en los ánimos el terror que infunde todo poder oculto y la indignación que inspira toda cobarde añazaga, levantóse otra voz contraria, que nadie supo nunca de dónde salía ni quién la atizaba, y que se extendió, sin embargo, por todas partes, con grandes visos de certeza, a la manera que esparce un pozo subterráneo por todos lados sus húmedas filtraciones... Díjose que en el fondo de todo aquello había tan sólo una intriga galante, que existía en el Juzgado un billetito concediendo una cita y que obraba también en poder del juez una prenda acusadora, perteneciente a la promovedora del crimen: una talma de pieles de castor, marcada por la parte de dentro con una etiqueta negra, en que con letras rojas decía: Worth.

Roberto se prepara mientras tanto á guardar á Diana con mayor severidad; pero ella, que tiene noticia de la última aserción sostenida por su hermano, y que se siente herida en su femenil orgullo, se dispone á probar lo imposible que es guardar á una mujer. Ramón, disfrazado de buhonero, se desliza en su casa, y anuda una intriga amorosa llevándole el retrato de Lisardo.

Propúseme, pues, tan pronto como llegase el día, poner en práctica los medios para deshacer la intriga que, sin duda, había tramado el malagueño contra . Comenzó a pesarme de no haberle dado una buena «pateadura»; pero se la prometí para la primera ocasión que se presentase.

Eso es, sin embargo, lo que intentamos Marenval y yo. Pedro Vesín miró con curiosidad á sus interlocutores, se puso serio y dijo: ¿Ustedes? Dos hombres de sociedad, sin conocer nada del procedimiento y seguramente muy sinceros y extraños á toda intriga. ¿Y por qué tal resolución? ¿En nombre de quién? ¿Con qué interés?

En una época de nombramientos de intriga, de complacencias palaciegas, para aplacar las quejas de la opinión se buscó un santo a quien dar una mitra y se encontró al canónigo Camoirán. Llegó a Vetusta echando bendiciones y recibiéndolas del pueblo. Con gran escándalo de su corazón sencillo y humilde se contaban maravillas de su virtud y casi le atribuyeron milagros.

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