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Actualizado: 19 de junio de 2025
No olvida cuando el arzobispo le llama a su cámara, a fin de inquirir qué hay de verdad en todo lo ocurrido, y él, después de arrodillarse, lo cuenta sin poner ni quitar una sílaba, encontrando en la sincera confesión inexplicable alivio, y besando, con el corazón desahogado ya, la amatista que brilla sobre el anular del prelado.
Pero, don Bernardino, exasperado, no estaba para oír lamentaciones; a lo hecho pecho, y fastidiarse, y morderse el codo: cuando suceden las cosas, no hay que perder el tiempo en inquirir las razones, sino buscar el remedio, pronto, eficaz, enérgico; que no le calentara la cabeza, recriminándole; ¿parecíale que no tenía él bastante con su propio sufrimiento, y con los dos días y sus noches, que había pasado en aquella cama maldita, revolcándose, dándose de testaradas, tras de la idea, el medio, la forma de salvación común? ¿que no era poco martirio, verse así, a su edad, después de haber trabajado tanto?
Y esto diciendo, se echó el capuchón hacia atrás, y Príncipe vio el negro cabello y los atrevidos ojos de Catalina de Corlear. No quiera usted inquirir más. Yo soy el médico, y he aquí mi receta. Y señaló a Carolina que temblorosa y sollozando se acurrucaba en un ángulo del aposento. ¡Debo tomarla inmediatamente! Pero, ¿es que su madre ha dado ya el permiso?
El día de la gran prueba, Gonzalo estuvo muy agitado. Había tratado de inquirir con disimulo, si algún criado de la casa estaba comprometido, o por lo menos sabía algo. Nada encontró tampoco que lo hiciera presumir. Almorzó sin apetito. En cuanto tomó café mandó enganchar y se fué en compañía de su suegro. La sesión del ayuntamiento duró hasta las diez de la noche.
Los Embaxadores del Rey, juntos con el del Emperador, tomaron con el Padre Santo y Cardenales un medio, que es el norte de todo el discurso passado, atajando que para lo futuro no se hiciese cosa alguna de lo que convenia á lo general, por donde parece inspiracion, á quien quisiere contemplar mas que lo temporal, ver que ser perdonan los condenados presos, los sueltos, ausentes y presentes, y que los suelten libremente, sin condicion, ó achaque, que se puedan ir en paz para adonde quisieren: y que desde el dia que fueren sueltos, y el perdon efectuado hasta seis meses primeros, no se pueda inquirir de sus culpas: y toda la persona de Portugal, que se quisiere salir del Reyno, lo dexe libremente, sin que pueda ser tomado en público, ó en secreto, y que puedan passar por las tierras y Reynos comarcanos con sus salvos condutos, que para esso se les dará; y passados los dichos seis meses, se les concede Inquisición rigurosa, como á Castilla.»
Novelar es bucear, inquirir. Una buena novela es un laboratorio. Hablan los personajes, y el autor debe decirnos por qué hablan así, ó lo que es igual, cuáles sean sus sentimientos; y remontándose, habrá luego de explicarnos también por qué sienten de aquel modo y no de otro diferente, lo que inmediatamente le obligará á internarse por las selvas obscuras de la herencia.
Segundo, inquirir de su experiencia, pues le imagino a usted por sus escritos hombre de esos que han vivido más de lo que les queda que vivir, si hay efectivamente de tejas abajo una fatalidad que persigue a los humanos, y una desgracia en el mundo que se asemeje a la desgracia mía.
La portera de su casa me dijo que la infeliz había estado en buena posición pero que se veía ya en la mayor miseria, sin que ganase cosiendo lo bastante para mantener a su hijo, niño de cinco años. Subí a su sotabanco, ni más ni menos que en las novelas, y para hablar con ella inventé una piadosa mentira. La esperanza de la limosna hizo que no se parase a inquirir si yo decía o no verdad.
24 Lejos está lo que fue; y lo muy profundo ¿quién lo hallará? 25 Yo he rodeado con mi corazón por saber, y examinar, e inquirir la sabiduría, y la razón; y por saber la maldad de la locura, y el desvarío del error; El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará preso en ella.
Lo único que hizo fue mirarle durante largo rato fijamente como si tratase de inquirir si efectivamente se hallaba bien de salud o es que le ocultaba alguna secreta dolencia. ¿Conque bien, Tristanito? ¿bien de verdad, eh? Tristán un poco impaciente le aseguró que nada le dolía. Pero disipadas estas dudas parece que renacieron más vivas las referentes a la salud de Clara.
Palabra del Dia
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