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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Tiago estaba muy abatido, fué admitido en calidad de criado, sin sueldo por supuesto, permitiéndole en cambio estudiar, cuando quisiera, en S. Juan de Letran. Sucio, mal vestido y por todo calzado un par de zuecos, al cabo de algunos meses de estar en Manila, ingresó en el primer año de latin.
Antonio su cuñado, que se había establecido por una temporada en el cortijo con aires de dictador, queriendo ponerlo todo en orden, sólo había servido para embrollar la marcha de los trabajos y provocar la ira de los jornaleros. Gracias que Gallardo contaba con el ingreso seguro de las corridas, riqueza inagotable que reparaba con exceso sus despilfarros y torpezas.
Atravesó un magnífico vestíbulo iluminado por dos grandes lámparas con bombas esmeriladas sostenidas por sendas estatuas de bronce, siguió por el corredor y tomó la escalera que conducía al principal sin tropezarse con nadie. Cerca ya del salón que daba ingreso a su boudoir, halló a Fernando, un criadito de catorce años vestido con librea muy cuca y adecuada a sus años. ¿Estefanía?
Efectivamente... al otro domingo fue a Recoletos con el intento de verla sin que ella lo notase y, al divisar el coche, entró en la iglesia, quedándose en sombra, junto al mamparón de ingreso.
Tres gradas de mármol blanco dan ingreso al piso bajo, destinado sólo a recibimiento y adornado con esa pulcra sencillez que adopta todo lo bello y destierra todo lo suntuoso, y constituye el buen gusto y la elegancia en el decorado de un palacio de campo.
Lo más notable de todo ello fue para mí la torre, de la que daban dos fachadas al corral, en una de las cuales, y no en su centro, estaba la puerta de ingreso a ella, baja y angosta y reforzada con enormes clavos y grandes barrotes de hierro mohoso. Tenía cuatro pisos y terminaba en un gracioso parapeto con gárgolas de piedra para desagüe del tejadillo apuntado.
Dista el Rio de Sora del de Ocloyas, por tierra, 4 leguas. Tiene el Rio de Sora su ingreso al oriente en el de Jujuy.
Nos oponemos resueltamente a ello, y no queremos que tu ingreso en el seno de esta familia sea señal de aniquilamiento de nuestra casa. Ya te dijimos que habíamos determinado casarte con un joven de alto linaje, proyecto en el cual estriba la felicidad, grandeza y lustre de la familia a que perteneces.
La sala tenía una gran alcoba, y la puerta de ingreso a ella cortinas blancas recogidas en pabellones sobre grandes clavos romanos. En el fondo de la alcoba, una cama de madera de altísimo testero con molduras doradas y medallones pintados, colcha de damasco rojo y sábanas muy finas con puntillas y bordados en el embozo de la encimera.
Podía colocar a De-Hinchú, bajo influencias suavemente restrictivas, someterlo a una vida y enseñanza que le inclinara al bien más que mis mal reguladas bondades y cuidado superficial. De-Hinchú ingresó en la escuela de un misionero chino, pastor inteligente y bondadoso, que había demostrado gran interés por el chico, y quien, sobre todo, cifraba en él firmes esperanzas.
Palabra del Dia
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