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Actualizado: 25 de junio de 2025


El padre no ignoraba la inexactitud de tales palabras, pero agradecía la mentira como una gran muestra de amistad. Argensola era un compañero bueno y discreto; jamás, en sus mayores desenfados verbales, había hecho alusión á Madama Laurier. En aquellos días preocupaba al viejo el recuerdo de ésta.

Pascal ha dicho: «la naturaleza confunde á los pirrónicos, y la razon á los dogmáticosEste pensamiento que pasa por profundo, y que lo es bajo cierto aspecto, encierra no obstante alguna inexactitud. La confusion no es igual en ambos casos: la razon no confunde al dogmático si no se la separa de la naturaleza; y la naturaleza confunde al pirrónico, ya sola, ya unida con la razon.

Lo propone en esta forma. «Lo que tiene conciencia de la identidad numérica de mismo en diferentes tiempos, es por este mero hecho una persona; esto se verifica del alma; luego el alma es personaCon harta inexactitud emplea Kant la palabra persona; sabido es que para merecer este nombre, no basta ser substancia inteligente; sino que se necesita el ser principio completo de las operaciones, independientemente de la agregacion á otra substancia, y de la union con un supuesto.

Creyó que debía agradecer tanto entusiasmo mostrando algún interés por la persona del panegirista... ¿Qué había hecho él en los últimos tiempos?... Yo, señora, he estado donde debía estar. No me he movido de aquí. He presenciado el «sitio» de París. En vano su razón protestaba de la inexactitud de esta palabra.

Si quiero determinar la relacion de los lados de un triángulo bajo ciertas condiciones, me basta suponerlas y atenerme á ellas; el triángulo ideal es en mi entendimiento una cosa enteramente exacta y además fija: si le supongo isósceles con la relacion de los lados á la base como de cinco á tres, esta razon es absoluta, inmutable, mientras yo no altere el supuesto; en todas las operaciones que haga sobre estos datos puedo engañarme en el cálculo, pero el error no provendrá de la inexactitud de los datos.

La formacion de estas poblaciones debe ser, previendo en su orígen todos los inconvenientes que el descuido, las intemperies y el transcurso de los tiempos, hacen tocar en sus progresos las mas veces sin remedio, por los daños que se infieren á las posesiones de buena , y á que dán ocasion la ignorancia ó inexactitud de los delineamientos en su orígen, fijándose muchas veces en puntos que desaparecen, ó que la malicia destruye por intereses particulares.

Otrosí: deben manifestar los que dicen, que no teniendo un conocimiento exacto de las bases sobre que se partió para esa reforma, y datos que pudieron apoyar el establecimiento de esa nueva oficina cual se mandó, por no haber visto el espediente de su referencia, no debe juzgarse de maliciosa interpretacion ni reticencia cualquiera inexactitud que se notare en las observaciones hechas, á que les movió únicamente el deseo de contribuir á la mejor resolucion y acierto en la mas económica administracion de los intereses de una renta de tan poco producto y rendimiento, y procurar al comercio y vecindario de Filipinas el alivio de esa carga ó gravámen que se le imponia, segun que de todo llegaron á enterarse por lo que sobre esta cuestion vieron en los periódicos á su llegada á Madrid, y cuyos artículos, como conducentes á ilustrar estas reflexiones, se copian á continuacion.

Rosas mandó levantar en la ciudad y la campaña, por medio de los jueces de paz, un registro en el que se anotó el nombre de cada vecino, clasificándolo de unitario, indiferente, federal, o federal neto. En los colegios se encargó a los rectores, y en todas partes se hizo con la más severa escrupulosidad, comprobándolo después y admitiendo los reclamos que la inexactitud podía originar.

Extraordinariamente grande fué el número de poetas, que, además de los indicados, escribieron en el reinado de Felipe IV y de Carlos II, así para el teatro de la corte como para los demás populares de España. «Nunca quizás, dice Bouterwek, ha habido ningún poeta dramático como Calderón, acompañado en su larga carrera de tantos rivales amigos é imitadores, porque justamente en el medio siglo en que escribió incansable para el teatro, aparecieron la mayor parte de las comedias españolas, más conocidas por su número que por su méritoNuestro historiador literario tuvo, sin embargo, una idea imperfecta é insuficiente de la riqueza cuantitativa del teatro español, puesto que se limita á nombrar sólo meramente una parte muy pequeña de los dramáticos más célebres; y al comparar estos pocos, que apenas componen la vigésima parte de los que se consagraban á escribir para el teatro en la misma época, en cuanto á su número y fecundidad con los franceses é italianos, ha de incurrir necesariamente, como lo hace, en grave error y notoria inexactitud.

Adviértase que solo digo que no es exacto; porque en efecto creo que en el fondo es verdadero, pero mezclado con alguna inexactitud. Para manifestarlo examinemos el valor de la demostracion que se da en casos semejantes. En forma de diálogo las razones, las contestaciones y las réplicas se presentarán con mas claridad y viveza. Supongamos que uno niega este axioma. El todo es mayor que la parte.

Palabra del Dia

rigoleto

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