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Actualizado: 1 de junio de 2025


¡Cuántas horas no habré pasado en la hamaca contemplando el mar, claro o tempestuoso, verde o azul, rojo en el crepúsculo, plateado a luz de la luna y lleno de misterio bajo el cielo cuajado de estrellas! Tengo que hablar de mismo: en unas memorias es inevitable.

De aquí que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lícita, natural é inevitable. Y como á veces estimula, hasta conviene, si no es muy disparatada, dura y descompuesta. Arquímedes sabía mucho y era muy ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido al mundo.

Me lisonjeo de que esta inevitable substitución nos la ha de agradecer el sapientísimo Ben-Farding. Ve y obra dijo el Sultán. Oír y obedecer respondió Abu-el-Casín.

En torno del salón no había cundido el incendio porque eran los muros de sólida mampostería, revestida de mármoles, que sin arder se calcinaban; pero lo interior del salón parecía un infierno: medroso torbellino de humo y de llamas. Inevitable era pasar por allí. Tiburcio dio el ejemplo. Se diría que a su paso se apartaban las llamas y el humo como si le conociesen y respetasen.

Y lo repetía obstinadamente, sin entonación, como el que afirma una cosa natural e inevitable. ¿Qué dices, bribona? Que me voy, que me voy.... A mi casita pobre.... ¡Quién me trajo aquí! ¡Ay, mi madre de mi alma!

Allá, en la orilla de aquel precioso río artificial rodeado de verde musgo y sobre el cual inclinaban los árboles sus hojas nacientes, Sorege tuvo conciencia de su pérdida inevitable y tembló de miedo y de cólera. Pero no pensó en capitular; antes al contrario, se afirmó en el propósito de luchar hasta el último extremo, aunque hubiera de perecer.

Pero hay una especie de fatalidad, un sentimiento tan irresistible é inevitable, que tiene toda la fuerza del destino, que casi obliga invariablemente á los hombres á permanecer y vagar, á manera de espectros, en el lugar mismo en que un acontecimiento grande y notable ha influído en el curso de su vida, y que es tanto más irresistible cuanto más sombría ha sido su influencia.

En su orígen mas retirado, se derivan de un principio cuya legitimidad no puede ser establecida, sino bajo la condicion de que ellas sean justas. Hay un círculo, pero círculo inevitable. Y supuesto que es inevitable, y que lo confesamos francamente, es permitido, para asentar el principio mas elevado, confiarse á todas las leyes de la lógica general.

Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr. Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y á veces encomia hasta con entusiasmo á no pocas personas y bastantes cosas de España. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios á varios de los más notables de nuestros políticos y literatos, como Castelar, Moret, Echegaray, Emilia Pardo Bazán, Cánovas y Sagasta.

»Indignada de tanta tiranía; convencida que ante tan firme resolución mi dicha no sería tomada en cuenta para nada, encontré en la convicción de mi inevitable desgracia una energía desconocida hasta entonces, y juré que nunca sería la esposa del conde de Pópoli.

Palabra del Dia

cabalgaría

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