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Actualizado: 24 de mayo de 2025


Don Rodrigo, el pretendiente despreciado por Inés, intenta vengarse de su rival; en una corrida de toros sálvale Don Alfonso la vida; pero este sentimiento de gratitud, que le debe en remuneración de su servicio, acrece aún más su ira; espíalo, pues, y saliendo de su emboscada, lo tiende muerto á sus pies.

A que él entrase en relaciones serias con Juanita y conducentes a la buena fin se oponían dos consideraciones: era la primera la excesiva, sospechosa e íntima familiaridad que tenía Juanita con Antoñuelo, el hijo del herrador, y era la segunda la casi seguridad del furioso enojo de doña Inés cuando llegase a saber que él tenía un compromiso serio con Juanita.

Don Braulio venía muy fatigado, y a las pocas palabras que habló con las mujeres pensaron todos en retirarse a dormir. La primera que salió de la sala fué doña Beatriz. Don Braulio quedó un momento solo con Inesita. Acercóse entonces a ella y le dijo en voz baja: Inés, tengo que cumplir con una comisión que para ti me han dado. Toma esta carta, guárdala y léela con detención y reposo.

Gabriel dijo Amaranta con el rostro inundado de lágrimas ¿cuándo sale la expedición? Yo pediré permiso para marchar en ella y nos llevaremos a Inés. ¡Huir! exclamó la muchacha con terror . Yo apareceré a los ojos de todos como una criatura sin pudor que deshonra y envilece a su familia... Volveré a casa de doña María.

Hiciéronse también extensivas las pinturas á los tableros de las puertas conservándose una bellísima muestra de este género en las de la sala llamada de «Profundis» en el monasterio de Sta. Inés de esta ciudad. Ofrecen los tableros exteriores, encerrados en sendas láureas, los escudos de los Fernández Coronel é interiormente las imágenes de San Francisco de Asís y de Sta.

Doña Inés se quedaba entonces sola en su estrado o en su despacho, ya haciendo cuentas, ya entregada a sus oraciones, ya leyendo algún libro de devoción o de historia. El cacique don Andrés y otros personajes importantes del lugar no venían de visita o de tertulia sino por la noche.

En presencia de cualquier persona, Juanita seguía atendiéndola con el mayor respeto y dándole el tratamiento de su merced; pero en momentos de expansión, una vez que Juanita la oyó atentísimamente, impugnó sus razones y terminó por ceder a ellas, doña Inés, entusiasmada, se allanó hasta el extremo de mandarle que cuando estuviesen las dos sólitas la tutease.

Presentación, ¿es a ti? Asunción, ¿es a ti? Inés, ¿es a ti? Responded al momento. ¡Señor misericordioso! ¡Si alguna de mis hijas, si alguien nacido de mis entrañas ha dado motivo para que un hombre le dirija estas palabras, prefiero que muera ahora mismo, y yo detrás, antes que tolerar tal deshonra!

Ella no te puede recordar como una mujer recuerda a un hombre, como una novia recuerda a su novio, sino como una niña recuerda a su hermano mayor. Tiene, pues, que añadir imaginariamente la cualidad de amante y pensar en ti de otra manera que hasta ahora ha pensado. »Todo esto, y más, que comprenderás sin que yo lo diga, se agita en la mente de Inés.

Como no conoce personalmente ni á su suegro ni á su novia, porque las relaciones que tiene con ellos provienen de tratos de familia, que se han celebrado desde lejos, le llena de confusión el dicho de su criado, de que ha enviado á Doña Inés su propio retrato en lugar del de Don Juan.

Palabra del Dia

bagani

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