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Actualizado: 3 de octubre de 2025
Repito que el «séptimo arte» es novela y no teatro, y tal vez por esto todas las obras teatrales célebres que fueron trasladadas al cinematógrafo pasaron inadvertidas, mientras las novelas famosas, al ser filmadas, obtuvieron grandes éxitos, agrandándose el interés de su fábula con la plasticidad de los personajes que el lector sólo había podido imaginarse vagamente á través de las líneas impresas.
El libro también necesita sujetarse á la influencia de estos dos factores; pero un editor de novelas impresas puede establecerse en cualquier parte donde existan imprentas y almacenes de papel, y le bastan unos cuantos miles de pesetas para publicar sus primeros volúmenes. Las casas editoriales de cinematografía necesitan capitales de millones y crear por su propia cuenta inmensos talleres.
En su infidelidad dejaban ese día un asiento desocupado en la mesa, y creían que lo ocupaba el difunto; y para persuadirse de ello, esparcían ceniza por la casa, en la que, al día siguiente hallaban impresas sus pisadas.
Su rostro, franco y expresivo, tenía impresas las huellas del sufrimiento. La fatiga del viaje, o tal vez otras causas, habían empeorado su herida. Yo, entretanto, observaba a Cecilia: no vi en sus facciones ni sombra de emoción; recibió a Enrique con afectuosa cortesía, y le interrogó acerca de su salud con un marcado interés... pero no tanto como el que yo esperaba.
Esta regla es sin excepcion, y la mas general y segura para conocer la bondad de los sylogismos. Pónela Aristóteles en sus analíticos, y los Escolásticos la explican difusamente, de modo, que no hay nada mas comun en sus Súmulas impresas. Regla segunda: De premisas verdaderas precisamente ha de salir consiguiente verdadero, de premisas falsas consiguiente falso.
Después doña Marta, guiada por Lope, intenta divorciarse de su marido, y aunque no lo logra, el matrimonio debió vivir últimamente en casa separada, hasta que la muerte, llevándose en 1618 ó 1619 al Roque Hernández, tan odiado por Lope, estableció la separación definitiva. Del año 1617 son las Partes séptima y octava, impresas en Madrid a costa de Miguel de Siles por la viuda de Alonso Martín.
Léanse las innumerables relaciones de autos de fe que existen impresas i manuscritas desde el siglo XV hasta principios del presente, i por ellas se vendrá en conocimiento de los muchos judíos que existian en España.
¿Dónde el alma en que pudiera reclinarse, confundirse, vivir aquella alma desterrada? Porque estas aspiraciones y estas necesidades de su alma estaban impresas sobre el semblante de Amparo. Y fue tan franca en los primeros momentos de nuestra vida la expresión de aquel semblante, que comprendí que Amparo amaba, que amaba con toda su alma y que amaba sin esperanza.
Mientras su mirada recorría las líneas impresas, su espíritu estaba ausente, preso en la vecina estancia, de la cual solamente le separaba una puerta; así, pues, escuchaba las frases con que Magdalena seguía expresando su indignación contra el peluquero y las reprensiones que dirigía a la costurera, y hasta oía cómo su impaciente piececito golpeaba el pavimento del tocador.
José de Cañizares, nacido en Madrid en 1676 y muerto en el mismo lugar en 1750, comenzó á escribir para el teatro cuando contaba sólo catorce años, continuando en esta ocupación durante su larga vida, con la misma fecundidad, característica desde un principio, de los dramáticos españoles. Pasan de 80 sus comedias impresas.
Palabra del Dia
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