Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de mayo de 2025


En un segundo pasó por mi mente un huracán de pensamientos confusos y contrarios de incertidumbre y de infinitos escrúpulos... Mi padre me miraba con fijeza... Entonces, señor cura, me pareció que una voz interior, la de mi conciencia, me decía al oído: «No cometas una traición.» Y respondí con firmeza: No. Entonces, puedo tranquilizar a Máximo dijo mi padre, que acaso esperaba otra cosa.

Dentro de la iglesia á duras penas pudo reprimirse; pero debajo de la bóveda del cielo no fué posible contener su manifestación, más grandiosa que los rugidos del huracán, del trueno ó del mar, en aquella potente oleada de tantas voces reunidas en una gran voz por el impulso universal que de muchos corazones forma uno solo.

Quedaron los cristianos, como cuando Levanta un huracan muy espantoso Las olas en la mar, y bufando El viento con un impetu furioso: El piloto sagaz está temblando, Vencido del trabajo y temeroso: Mas viendo que el peligro está pasado, Veréisle presumir del esforzado.

Habla con unos oficiales ingleses que van á embarcarse en Brindis; les lee la última carta de esperanza. Los cortos espacios de silencio traen hasta mi, caprichosamente, algunos renglones, como pedazos de papel arrastrados por el huracán: «Papá: cuando termine la guerra....» Alguien ha anonadado con su presencia á los que ocupamos el resto del vagón.

Otras veces, en otoño, Marcos tendía unas redes sobre la maleza, en las que cogía los zorzales que acudían al engaño; por último, la torre le servía también de leñera. ¡Cuántas veces Hexe-Baizel, cuando el viento norte soplaba con tal rigor que parecía arrancar la piel a los bueyes, y cuando el ruido, el crujir de las ramas y el lamento agudo de los bosques de alrededor subían a las alturas como el clamor del mar embravecido, cuántas veces Hexe-Baizel había estado a punto de ser arrebatada por el huracán hasta la montaña de Kilberi, que se halla enfrente!

Ocurrió algo más grave: el huracán en su furia, y por un esfuerzo desesperado, logró arrancar el gozne de una de las ventanas, que desde entonces, aunque cerrada, temblaba, bamboleábase, se agitaba, y hubo necesidad de afirmarla atándola fuertemente por sus hierros al que estaba más sólido.

Y este estremecimiento de huracán invisible parecía más extraño en el ambiente cerrado y bien calafateado de los salones, cada vez más denso y tibio por la respiración de las gentes, el humo de los cigarros y el vaho de las tazas.

Aturdido por la sorpresa, con los ojos desmesuradamente abiertos, vio a Obdulia que penetraba como un huracán y se dirigía a él con la fisonomía alterada, mostrando en ella agitación y cólera. ¿Sabe usted lo que pasa, padre? le preguntó sin saludarle. El coadjutor no respondió, interrogando sólo con la vista.

Luego fijó en el Padre de los Maestros una mirada de vehemente admiración, gracias á la cual pudo recobrar otra vez su prestigio, pues Momaren parecía algo molestado por sus distracciones anteriores. Inmediatamente un huracán aullador chocó contra su tímpano.

El perro salía en su persecución al través de los jarales: las dos bestias tronchaban las ramas con el impulso de su carrera, producían un estrépito de huracán, y tras ellas corría el dañador de ligeras abarcas. Puesto en ama, al alcanzar el corzo, le mordía entre las patas traseras, en el órgano más sensible, y la bestia quedaba en el suelo mugiendo de dolor, hasta que el Mosco la daba muerte.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando