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Actualizado: 29 de julio de 2025


Guardó un momento silencio Quevedo, y luego dijo con voz sonante y hueca, cortando los versos de una manera acompasada, y dándoles cierta canturía: Dióme Dios, por darme mucho, con una suerte perversa, cabeza dos veces grande, y pies para sostenerla. Vine al mundo como soy, aunque venir no quisiera; la culpa fué de mi madre, que no se murió doncella.

Y así sería siempre.... ¡Ay, morir! ¡Morir cuanto antes! De pronto, el grupo de domésticos se deshizo. Alguien había entrado con violencia. El monstruo vió un peinado blanco que venía hacia él; sintió en sus cortadas mejillas el contacto de una boca que acababa por acariciar frenética el vendaje de su órbita hueca.

Tengo aquí y se dio una puñada en la negruzca frente una cosa que rebulle, pero que aún no sale por más que hago.... Saldrá, como usted me enseña, cuando llegue el mismísimo punto resfinado de la ocasión.... Y blandiendo el brazo derecho repetidas veces de arriba abajo, como un sable, añadió en voz hueca: Fuera miedo. ¡Se gana!

No comprendo... no comprendo cómo... ¿Cómo estoy aquí? Yo soy brujo, duque. Desconcertóse de una manera tal Lerma, que el tío Manolillo soltó una carcajada hueca, larga, pero de un sonido, de una expresión tal, que se le crisparon los nervios al duque. Estoy aquí dijo el bufón , porque estoy: te tengo en mis manos, porque eres un traidor, un villano.

Particular mención merece La fianza satisfecha. La fantasía del poeta se desborda también en ella: no escasa parte es tan hueca como arbitraria; pero tales extravagancias son compensadas con tantos rasgos de la más acendrada poesía, que nos obligan á rendir homenaje al genio del poeta hasta en sus extravíos. He aquí un sumario extracto de la acción.

El mate es una calabaza seca y hueca, provista de un agujero practicado en el lugar que ocupaba el tallo, y dentro de la cual se colocan las hojas molidas y se vierte agua hirviendo.

A la mente y a la lengua se le vinieron ideas y palabras, a borbotones, y las arrojó a la cara del sobrino, cual si le azotara con un látigo... ¡Cómo! ¡él, un chicuelo pobre, un perdulario, endeudado por suma tan crecida! pero, ¿cómo había podido creer que sus fondillos iban a valer tanto jamás? ¿no pensó, por un instante siquiera, ya que su cabeza parecía tan hueca, que si perdía, no podría pagar, y si no podía pagar, que deshonraba a su familia para siempre? ¿en qué escuela se había educado, que así le habían sugerido la peregrina teoría de que las deudas son cosa baladí y es lujo de caballero tenerlas? ¿y esta era la manera con que él pensaba hacer la felicidad de su padre y de su tía, y la suya propia?

Un rumor de celosías resonó junto a él y, antes de que pudiera admirar la blancura de un brazo, cargado de brazaletes, que asomó entre las maderas, una flor, un rojo y ancho clavel, golpeole con viveza en el rostro. Ramiro se acercó a atisbar por la abertura. No se veía sino la hueca lobreguez de una estancia.

Me pareció que se había suspendido todo en , virtudes y defectos, cualidades buenas y malas, todo, todo, quedándome sólo una puerilidad infantil o una chochez repentina: no explicarlo... algo así como si estuviera hueca y no quedara de mi cuerpo más que el molde externo. Según me dice Jorge, te nombré varias veces: ¡Rosalía! ¡Rosalía! Ya ves que hasta en los delirios te tengo presente.

Pues, mi General, es muy sencillo, repuso don Custodio estirándose y sacando la voz hueca de ceremonia; las escuelas solo estan abiertas en los días de trabajo, y las galleras en los de fiesta... Pues conviértanse en escuelas las galleras, al menos durante la semana. ¡Hombre, hombre, hombre! ¡Ya pareció aquello! Pero ¡qué cosas tiene usted, don Custodio! ¡Vaya un proyecto que tiene gracia!

Palabra del Dia

buque

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