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Actualizado: 27 de octubre de 2025
El lord ha llegado mientras Su Alteza estaba en el jardín. Viene á almorzar. ¡Simpático inglés! Ocurrírsele escoger este día, espontáneamente, después de tantas invitaciones inútiles. Estando él presente, Castro sólo hablaba del juego. Y corrió en busca de Lewis. Era hijo de un gran historiador, al que su patria había premiado con el título de lord.
Por lo comun, hay en los acontecimientos algo que descuella, y se presenta á los ojos demasiado de bulto para que pueda negarlo la parcialidad del historiador.
Se formó este pueblo, según el historiador Padre Huertas, de 5 rancherías de unas 100 personas cada una, con la singular circunstancia que los primeros que se bautizaron fueron 25 hombres en un mismo día, y todos ellos aparentaban tener de 60 años para arriba.
Y procurando averiguar por su lectura el nombre del verdadero autor, por cierto que no tardé en descubrirlo en multitud de referencias y alusiones que en ella se hacen á la Primera parte de la Crónica del Perú de Pedro de Cieza de Leon, tan claras, que parece imposible que aquel historiador no cayese en la cuenta.
Pero el título bajo el cual hace sus cortas citas, demuestra que el manuscrito que tuvo á la mano no es el de fray Gregorio, original ó copia, sino un traslado de la que existe en el mismo códice L j 5 de la biblioteca del Escorial que guarda anónima la Segunda parte de la crónica del Perú de Cieza de Leon, y que el célebre historiador norte-americano recibiria probablemente con otro traslado de esa segunda parte, endosada por quien lo sacó de los papeles del lord Kingsborough á Juan de Sarmiento, y remitido de Lóndres por Mr.
Así como estos pueden servir de guias al historiador desde la mitad del noveno siglo; para el conocimiento de la edad anterior, que comprende desde la conquista de los Sarracenos hasta S. Eulogio, no hay mas luz que la que dan el Pacense, el moro Rasis y el arzobispo D. Rodrigo: el Pacense, porque acabó de escribir su crónica en el año 754 de Cristo, es decir, poco antes de apoderarse del trono de Córdoba Abde-r-rahman I; el moro Rasis, porque aunque contemporáneo de S. Eulogio, tomó lo anterior á su tiempo de tres autores que escribieron lo que veían, y principalmente del Al-Bucar, escritor que Morales califica como de mucha estima y autoridad entre los Moros; el arzobispo D. Rodrigo, finalmente, porque segun espresa el mismo Morales, de su gravedad se puede tener por cierto que usó buena diligencia en lo que escribia.
Tenía el aspecto de una fortaleza de leyenda, como las que había descrito su padre el historiador, hecha para los cielos grises, para las selvas de húmedo verde, y parecía querer escapar de este paisaje tostado por el sol, de vegetación parsimoniosa, huyendo del contacto con los olivos, los cactos y los leñosos matorrales cubiertos de rudas flores.
Cada historiador, con unas cuantas verdades si acaso las halla arma su cuento como le parece. Yo entiendo poco de este vastísimo problema por la insuficiencia de mis conocimientos y mi alicorta reflexión; pero mi marido, que gusta leer a los filósofos, dice que hay uno no recuerda cuál que no cree en la historia antigua, desde que ha visto escrita la historia moderna.
Esta es una de esas composiciones de un trágico sublime, de pensamientos que recuerdan á Shakespeare, y que muestran á este gran poeta á la vez como historiador, como moralista, y casi me atrevo á decir como á hombre de Estado, como si, al llegar á cierta altura, se aproximasen todas las grandes facultades del espíritu y se confundieran unas con otras.»
Hasta tu nombre me parece de buen agüero, y pienso, Paz de mi vida, que por tí se está batiendo media España. Pese a quien pese, serás mía. Adiós y recibe el cariño de tu amantísimo, Fue una escena suelta que acaso no tenga jamás historiador, un episodio de aquel espantoso drama de la guerra, olvidado ante la magnitud de otras proezas.
Palabra del Dia
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