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Actualizado: 21 de junio de 2025


Mujer, llora y vencerás. El lugar de la acción es Alemania, y el argumento, una contienda fingida entre la hija y heredera del landgrave de Hesse, y sus primos, los príncipes de Lorena. Su plan es muy ingenioso é interesante; pero en su desarrollo se nota ese cálculo frío, y esa falta de movimiento y de poesía, que distingue algunas de las últimas obras de este poeta. Lances de amor y fortuna.

De consiguiente Perla, la niña duende, el vástago del demonio como algunas personas aún persistían en considerarla, se convirtió en la heredera más rica de su época en aquella parte del Nuevo Mundo; y probablemente esta circunstancia produjo un cambio muy notable en la estimación pública, y si la madre y la hija hubieran permanecido en la población, la pequeña Perla, al llegar á la edad de poder casarse, habría mezclado su sangre impetuosa con la del linaje de los más devotos puritanos de la colonia.

No tenía noticia de haber llegado ya a la categoría de prójimo. Qué quieres, chico; los honores vienen cuando menos se piensa. Apesar de lo impertinente y hasta agresivo del tono, Fernanda no se movía del sitio, teniendo siempre cogida del brazo a la amiguita, que no desplegaba los labios. Fijándose un poco, se podría observar que la rica heredera estaba muy nerviosa.

Después de una existencia de aventuras, había acabado por instalarse en el Sur de los Estados Unidos, junto á la frontera de Méjico, y de pronto se encontró mucho más rico que su hermano mayor, al casarse con una heredera del país. Su esposa era mejicana. Poseía famosas minas de plata tierra adentro y extensas llanuras en la frontera.

Las potencias occidentales habían designado para rey de Grecia, al príncipe de Cabourg, viudo de la princesa Carlota, heredera del trono de Inglaterra. Este príncipe se encontraba en París: yo le conocí en Italia durante el tiempo de su viudez, y adquirí con él una amistad tan íntima como sincera.

Intenta reconciliarse otra vez con ella, pero se presenta á la sazón su hija María, vestida de luto, y le anuncia la muerte prematura de su paciente madre. Enrique, profundamente afligido, baja la cabeza y se acusa de su pecado. Para enmendarlo en lo posible, promete á María casarla con Felipe II, rey de España. Convoca después el Parlamento, y hace que la reconozcan como heredera del trono.

Era simpatía a su persona y respeto a su nombre. Valls no tenía más que una heredera, y además estaba enfermo: la exuberancia prolífica de su raza se había desmentido en él. Su hija Catalina había querido ser monja en la adolescencia; pero ahora, pasados los veinte años, sentía gran amor por las vanidades del mundo, y compadecía tiernamente a Febrer cuando hablaban ante ella de sus desgracias.

Y como lo tenía previsto, la heredera de Estrada-Rosa, que era orgullosa, no pudiendo soportar la frialdad de su novio, le dejó en libertad y le devolvió su palabra. La pobre chica desahogaba su pena con Amalia, la única que sabía a qué atenerse respecto a aquel rompimiento tan comentado.

El pasmo y la estupefacción se extendieron al instante por todos los ámbitos de Villafría, con la nueva de que doña Luz era millonaria: heredera de una fortuna enorme. Para D. Acisclo fue la sorpresa no inferior a la de todos su compatricios. Nada distaba más de su mente que la herencia de doña Luz; pero D. Acisclo sabía y aguardaba la venida de D. Gregorio, aunque ignorando a qué venía.

Jaime se resistió a la proposición casi con tanto asombro como madó Antonia. ¡Una chueta!... Pero la idea fue abriéndose camino, lubrificada en su incesante taladro por los apuros y las miserias crecientes que acompañaban la llegada de cada día. ¿Por qué no?... La hija de Valls era la heredera más rica de la isla, y el dinero no tiene sangre ni raza.

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