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Actualizado: 18 de junio de 2025
Este dejó de ocuparse definitivamente de la bandeja del desayuno, presintiendo la aproximación de algo muy importante. Tú has jurado que harás por mí todo lo que yo te pida... Tú no querrás perderme para siempre. Ulises protestó. ¿Perderla?... No podía vivir sin ella. Yo conozco tu existencia anterior: me la has contado... Tu nada sabes de mí, y debes conocerme, ya que soy tuya.
36 Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; sobre mí son todas estas cosas. 37 Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo volviere; entrégalo en mi mano, que yo lo volveré a ti. 1 Y el hambre era grande en la tierra.
Maxi se echó en su cama; su mujer le arropó bien, y cerrando las maderas, fue a la cocina a hacer un té. Allí tropezó con doña Lupe, que le dijo: «Primero es el café. Ya lo están esperando. Ayúdame, y luego harás el té para tu marido. Lo que él necesita más es descanso». La sobremesa fue larga.
19 Harás, pues, un querubín al extremo de un lado, y un querubín al otro extremo del lado opuesto; harás los querubines en sus dos extremidades. 20 Y los querubines extenderán por encima las dos alas, cubriendo con sus alas la cubierta; sus caras la una enfrente de la otra, mirando a la cubierta las caras de los querubines.
Papá querido, la Escritura dice: «Paz a los hombres de buena voluntad.» La fe la da Dios. Bien, hija mía... Puede ser. Pídesela para mí, tú que tienes puro el corazón. Mañana harás lo necesario; está convenido. Su cara descompuesta miró a Elena unos instantes. ¿Estás contenta de mí? Otra crisis más aguda me hizo acercarme a la cama.
1 Y harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, cárdeno, y púrpura, y carmesí; y harás querubines de obra delicada. 4 Y harás lazadas de cárdeno en la orilla de una cortina, en el borde, en la juntura; y así harás en la orilla de la postrera cortina en la juntura segunda.
33 tú oirás desde los cielos, desde la habitación de tu morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu Nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu Nombre es invocado sobre esta Casa que he edificado yo.
3 Y así harás de su asno, así harás también de su vestido, y lo mismo harás con toda cosa perdida de tu hermano que se le perdiere, y tú la hallares; no podrás retraerte de ello. 4 No verás el asno de tu hermano, o su buey, caídos en el camino, y te esconderás de ellos; con él has de procurar levantarlos.
¡Qué me importa a mí de lo que pueda pensar la gente! exclamó con indiferencia. Tú has conseguido, no hay duda, guardar las apariencias... pero yo no, felizmente. Pero ¿no es verdad que no harás lo que dices en tono de amenaza? le preguntó, en una voz de verdadero tenor. Recuerda que nuestros secretos son mutuos. Yo jamás te he descubierto... ni poco ni mucho.
39 tú oirás desde los cielos, desde la morada de su habitación, su oración y su ruego, y harás su juicio, y perdonarás a tu pueblo que pecó contra ti. 40 Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar.
Palabra del Dia
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