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Actualizado: 18 de mayo de 2025
En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, el cuarto día ya habré presentado mis proposiciones.
En efecto, cuando por algún apuro imprescindible D.ª Carolina la llamaba para que se estuviese al lado de los novios, mientras ella permanecía fuera, Presentación levantaba los brazos al cielo exclamando: ¡Dios mío, qué pecado habré cometido para desempeñar tan joven estos papeles! Y si la señora tardaba mucho, se escapaba diciendo: No puedo más. Dispensadme. Cuidado con ser buenos.
Y sin aguardar la respuesta, con los ojos empañados y casi llorando, se colgó del cuello de su padre. Pero, hija mía le dijo éste, costándole trabajo desprenderse de ella , ¿a qué vienen esos extremos ahora? ¿qué te pasa? Nada, papá, respondió Nieves dominando su emoción ; sino que como nunca me ha ocurrido... venir sola tan tarde, y te habré tenido con cuidado... Me lo perdonas, ¿verdad?
Pero, querido tutor repuso Amaury, sin poder reprimir una ligera, sonrisa, habré de hacerle observar que todos esos conocimientos superfluos que usted me critica los debo a su cuidado casi paternal. Usted me ha dicho siempre que la esgrima y la equitación, unidas al conocimiento de algunos idiomas extranjeros, vienen a completar la educación de un noble en nuestra época.
Doctor dije, si Marta se muere, perderé todo lo que poseo en este mundo y yo misma habré concluido. Pero, mientras pueda serle útil, no flaquearé: necesito una certidumbre. Una certidumbre, querida niña repuso él apoderándose de mis manos, no la habrá hasta la curación o hasta el momento fatal.
No hablemos, por consiguiente, de su vida. De ella, lo que parece destacarse de una manera marcada, es esto sobre lo cual necesariamente habré de volver, porque fue rasgo típico de su temperamento.
Bajando la cabeza dio algunos pasos, yendo y viniendo por delante del caballero, y, en seguida, trémulo de orgullo, reveló la comisión secreta que había recibido en nombre de Su Majestad. ¡Ah! Harto bien se me alcanza agregó de dónde pueden venir esas aleves calumnias y en qué pecho habré de hundir la espada cuando determine vengarme.
Pero monsieur de Sans-délai se daba a todos los oficinistas, que es como si dijéramos a todos los diablos. ¿Pues para esto he echado yo mi viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: Vuelva usted mañana, y cuando este dichoso mañana llega, en fin, nos dicen redondamente que no? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor?
Era como si un herrero martillase junto al mismo corazón, remachando a fuego una pieza nueva que se acababa de echar. «Esto es horrible. Si rompe, que rompa de una vez. ¡Ay de mí!... Si me quisiera, el corazón se me curaría; como que no es enfermedad lo que tiene, sino impaciencia... hormiguilla... ¿Qué habré hecho yo para ser tan desgraciado?
El doctor, como si despertase de un sueño, alzó la cabeza al oír esta queja del joven y repuso: No pienses en escribirme, Amaury, pues te prevengo que no habré de admitir ninguna carta. ¡Ya lo están viendo ustedes! exclamó Leoville. Nadie te priva de escribir a Antoñita, ni nadie le prohíbe contestarte. Puedes, pues, dirigirte a ella.
Palabra del Dia
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