Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de octubre de 2025
Alabéle la hermosura, donaire y discreción de Luscinda de tal manera, que mis alabanzas movieron en él los deseos de querer ver doncella de tantas buenas partes adornada. Cumplíselos yo, por mi corta suerte, enseñándosela una noche, a la luz de una vela, por una ventana por donde los dos solíamos hablarnos. Viola en sayo, tal, que todas las bellezas hasta entonces por él vistas las puso en olvido.
Aún podíamos vernos; aún podíamos hablarnos. Llorábamos como se llora en la casa de un muerto cuando está todavía de cuerpo presente. El dolor parece anestesiado por el aturdimiento de la catástrofe; hay todavía una realidad que sirve de consuelo; queda aún el cuerpo ante la vista: se llora más por el futuro que por el presente.
La idea era ir acostumbrando al master, cuando hacía la requisa, a que nos viera en una misma posición, y hacerle creer, en días sucesivos, que nos dormíamos en seguida. También convinimos en no hablarnos delante de gente. Para que no chocase su cambio de conducta, le aconsejé a Ugarte que fingiera de cuando en cuando alguna cólera violenta. El día de Nochebuena comenzamos a hacer el boquete.
Apreciable Frecourt, vas á hacernos el favor de hablarnos de todo menos de tu sempiterna música. Maugirón lanzó ese ultimátum á su amigo en cuanto se sentaron á comer. Sí, querido, ya sé que no eres melómano. ¿Quieres que hable de cocina, de estrategia, de pintura, de política? No hables, lo prefiero.
Después de haber caminado cien leguas descubrimos tres canoas con cuatro hombres que, vogando á toda fuerza de remos, se nos acercaron insinuando que querían hablarnos; el uno era Payaguá y los otros Guaranís, cristianos antiguos, que saltando ligeramente en nuestra barca, dijeron resueltamente que se querían quedar con nosotros, aunque les pesase á sus caciques.
Por más esfuerzos que hacía por aparecer alegre, no lo alcanzaba, y temiendo que se advirtiese demasiado mi distracción, despedime de los condes, repitiéndoles con efusión las gracias. Antes de partir, Isabel pudo decirme en voz baja que procuraría traer a Gloria a casa, y que cuando esto sucediese, me avisaría para que pudiésemos hablarnos. Esta promesa me conmovió extremadamente.
No; soy feliz y afortunadamente salvada y vuelta al mundo, estoy aquí a tu lado en esta noche plácida en que todo parece hablarnos con el lenguaje del amor. ¿No te imaginas oír a los ángeles murmurando palabras parecidas a las nuestras? Y enmudeció, como queriendo escuchar las fantásticas voces del espacio.
A los chicos nos parecía una pretensión ridicula el que don Hilario quisiera dar importancia a las cosas de tierra adentro. En vez de hablarnos del Cabo de Buena Esperanza o del Banco de Terranova, nos hablaba de las viñas de Haro, de los trigos de Medina del Campo. Nosotros le temíamos y le despreciábamos al mismo tiempo.
Junto a la Huerta del Obispo, un camino bordeado de almendros atraía todas las tardes a Isidro y Feli. Paseaban cogidos del talle entre los árboles, que extendían sobre sus cabezas una bóveda de flores. Sus corolas rojas, inflamadas, parecían abrirse para saludarles. Míralas decía Feli ; son boquitas que nos sonríen, que quieren hablarnos. Maltrana aceptaba esta cándida afirmación de la muchacha.
Oyéndola llamar monos a las tremendas calabazas que Gloria me había propinado, alegroseme el alma. Había encontrado un medio de que tropezásemos y pudiésemos hablarnos. En su casa no quería que fuese. Quizá su prima se ofendería de que la llevasen engañada. Lo mejor era ir de excursión a la Palmera, una casa de campo que tenían del otro lado del río.
Palabra del Dia
Otros Mirando