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Recelosos no les dañáramos, procuraron mudar de puesto, y en una hora llevaron los toldos y se internaron en la pampa, siguiendo al O. Al NE de nosotros, como dos y media leguas, se otra toldería chica, de la que vino el cacique Tomas Yaty á hablarnos, quien nos dió unas cuantas reses de las que tenian. Dia 26.

Nosotros no tenemos absolutamente nada permanente en una intuicion interna, porque el yo no es mas que la conciencia de mi pensamiento; si pues nos detenemos en el pensamiento solo, nos falta la condicion necesaria para aplicar el concepto de substancia, es decir, de un sujeto existente como ser pensanteNo cabe argumentacion mas sofística y vulgar: no admite Kant la substancialidad del alma porque no podemos tomar la misma substancia y presentársela en intuicion sensible; pero entonces tampoco debiera hablarnos de los conceptos intelectuales puros, de las funciones lógicas, de las ideas, pues que todas estas cosas, como que se hallan fuera del órden de la sensibilidad, no pueden sernos dadas en intuicion sensible.

Además se consideraba feliz porque Ra-Ra parecía contento. La fe de éste en la victoria de los hombres había acabado por sentirla ella igualmente, traicionando por amor los intereses de su sexo. Ahora creo de un modo indiscutible, gentleman dijo en voz baja , que Ra-Ra no se equivocaba al hablarnos de su triunfo.

El mismo corazón divino parece entendernos, hablarnos, comprendernos y abrirse, en el corazón de nuestros amigos. No he tenido privilegiados en ningún lance de mi vida; cuando me han sido arrebatados, no he creído jamás haberlos perdido, ¡tan presentes los tengo! Poseo ahora un cariño extraordinario a la joven y bellísima Mme.

Ni siquiera tenemos conocidos. En medio de aquel bullicio vamos a estar como en un desierto. ¿Quién ha de hablarnos? ¿Quién ha de acercarse a nosotros? Hombre, no te apures por tan poco respondía doña Beatriz . Si no conocemos a nadie, si nadie nos habla, a bien que ni ni yo nos sabemos aún de memoria.

Al hablarnos madama Fonteral de la entrevista que con Luisa tuvo, nos aseguró, poniéndose el dedo índice á través de los labios, que nada la habia revelado acerca de nosotros. Yo dije para : esto significa que se lo ha dicho todo, desde la a hasta la z. Al dia siguiente, Luisa se asoma al balcon. ¿Qué hace? Mira con ansiedad. ¿A dónde mira?

Le invité a tomar cualquier cosa; pero él me dijo que, si quería pagarle algo, prefería llevarlo a casa. Le di dos o tres pesetas y el hombre se largó corriendo. Mi aburrimiento y mi desesperación se iban fundiendo en una niebla melancólica que se apoderaba de mi cerebro. El capitán de la Vertrowen y yo estuvimos mirándonos sin hablarnos. De pronto nos decidimos a marcharnos.

No sabiendo hacerse entender suficientemente en frances, ni ménos en aleman, se nos acercó á hablarnos en inglés, rogándonos que le pidiésemos á un sirviente del vapor un vaso de limonada.

Creo que semejantes desatinos son contra el respeto que debe merecernos la opinion pública, contra el decoro que todos debemos á la formalidad, contra la cortesia universal que debe el hombre al buen sentido. ¡Zapato galante! ¿Cómo y en qué? ¿De qué modo puede un zapato tener galantería? ¡Al pensamiento! ¿Quién es un fabricante de calzado para hablarnos del pensamiento? ¿Qué pensamiento puede encerrarse en su zapatería? ¿Ni quién es tampoco un fabricante de confites para hablarnos de pensamientos bellos? ¿Qué sabe él lo que es un pensamiento bello? ¿Qué belleza de pensamiento puede esconderse en sus confituras? ¿Ni qué tiene que ver el céfiro con un almacen de quincalla, ni el poner betun en las botas con la gran industria del siglo, ni una sílfide con una fonda, ni un almacen de tapones de corcho con la estrella del Mediodía, ni una tienda de comestibles, en donde se vende aceite, vinagre y velas de sebo, con el buen pastor, con ese buen Pastor que es una personificacion religiosa, un símbolo moral, una especie de poder divino? ¿Qué es esto? ¿Dónde estamos?

Pero observo que huyendo de él, nos hemos venido al écarté. ¿Quién es aquel que juega a la derecha? ¿Quién ha de ser? Un amigo mío íntimo, cuando yo jugaba. Ya se ve; ¡perdía con tan buena fe! Desde que no juego no me hace caso. ¡Ay! este viene a hablarnos. Efectivamente, llegósenos un joven con aire marcial y muy amistoso. ¿Cómo le tratan a usted? le preguntó mi primo.