Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de julio de 2025
Perdonad, pero fuísteis atrevido é imprudente... Yo creía que érais otra mujer... una dama principal y nada más, y quise que me quedase algo vuestro por donde pudiera encontraros. Cuando vi esa joya, ya no tenía remedio... ya habíais desaparecido... entonces me pesó haberos hecho escuchar...
MANRIQUE. No me he atrevido... no sé por qué se me ha figurado que me habíais de contar alguna cosa horrible. AZUCENA. ¡Tienes razón, una cosa horrible!... Yo, para recordarlo, no podría menos de estremecerme... ¿Ves esa hoguera? ¿Sabes tú lo que significa esa hoguera?
Ni vos ni yo hemos tenido la culpa de lo que ha sucedido añadió la dama volviéndose de nuevo á la puerta de los tapices ; yo me vi obligada á ampararme de vos, y vos, que por una circunstancia casual me habíais visto, y habíais dado en el capricho de enamoraros de mí... ¡Señora! Os hablo así porque no soy la reina. Y entonces, ¿por qué no os descubrís? Ni puedo, ni debo. Pues permitidme que dude.
Voy á explicarme: salía yo de aquí esta mañana con la carta que me habíais dado para su excelencia el duque de Lerma, mi señor, cuando he aquí que me tropiezo... ¿Con quién? Con un espíritu rebelde, que me coge, me lleva consigo, y me mete en la hostería del... Ciervo Azul; y una vez allí me quita la carta que vos me habíais dado para don Francisco de Quevedo.
Sentada en el sillón, con su tabaquera abierta en la mano derecha, y los dedos de la izquierda en ademán de tomar unos polvos, hallábase la prócer figura del Cardenal de Portinaris. No esperaba veros más, dijo lentamente. Creí que habíais muerto, sobrino.
No se debe haber hecho daño, porque no tenía más remedio que marcharse a pie. ¿Daño? dijo Godfrey amargamente. Jamás se hará daño; ha nacido para hacerlo a los demás. ¿Y vos lo habíais autorizado realmente para vender el caballo? preguntó Bryce.
»No tardó mucho en moverse á piedad el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, porque la víspera de los Ángeles Custodios se dejó ver muy resplandeciente uno de estos bienaventurados espíritus, de uno que estaba con calentura, y le dijo: » Esta enfermedad que padecéis os ha venido en lugar de la muerte que habíais de llevar de manos de los bárbaros.
No por cierto, don Francisco, porque os temo; aún tengo sobre mí los cardenales de los cintarazos que me apretásteis la noche pasada, y sé que conviene estar bien con vos, porque yo tengo para mí que aunque os metieran en una botella y taparan con pez encima, habíais de escaparos.
Enredos y dificultades; cuando mi duque de Osuna me escribió que viniese á la corte en busca vuestra, no sabía yo el trabajo que habíais de darme, ni verme metido en tales laberintos, como en los que por vos estoy, sin corazón y sin cabeza, sin cuerpo y sin alma. ¡Vos!
¿Qué noticias me traéis, señora? exclamó anhelante la joven arrojándose al cuello de doña Juana de Velasco. La duquesa miró en torno suyo, y al ver que habían quedado solas, exclamó llorando: ¡Ah! no sé nada; ¡desdichado hijo mío! Me habíais hecho concebir una esperanza, dijo con desaliento doña Clara.
Palabra del Dia
Otros Mirando