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Actualizado: 24 de junio de 2025


¡Mentira, calumnia! exclamó el intendente. ¡Chist! murmuró el aya , acordaos de vuestra promesa. Yo también creo que se trata de traicionaros a fin de que vos solo carguéis con la pena de un delito que la ley castiga con cinco años de presidio. Quiero salvaros por gratitud, por abnegación. ¿Quién puede haberos revelado cosas semejantes? ¿No lo adivináis?

Calló en diciendo esto don Quijote, y el de lo verde, según se tardaba en responderle, parecía que no acertaba a hacerlo; pero de allí a buen espacio le dijo: -Acertastes, señor caballero, a conocer por mi suspensión mi deseo; pero no habéis acertado a quitarme la maravilla que en causa el haberos visto; que, puesto que, como vos, señor, decís, que el saber ya quién sois me lo podría quitar, no ha sido así; antes, agora que lo , quedo más suspenso y maravillado. ¿Cómo y es posible que hay hoy caballeros andantes en el mundo, y que hay historias impresas de verdaderas caballerías?

El señor de Lerne se levantó también inmediatamente diciendo: Perdón por haberos detenido tanto tiempo. ¡Pero yo no renuncio! dijo ella graciosamente al alejarse.

Era fumador, como creo ya haberos dicho. Desde el primer día del viaje se redujo a fumar dos cigarros por día; uno por la mañana, antes de partir, y el otro por la noche, antes de acostarse. Pero una mañana la enferma le dijo: ¿No ha fumado usted? Me parece sentir el olor del tabaco. Don Diego dejó sus cigarros en la primera posada y no volvió a fumar.

El caballero lamentador asió a don Quijote del brazo, diciendo: -Sentaos aquí, señor caballero, que para entender que lo sois, y de los que profesan la andante caballería, bástame el haberos hallado en este lugar, donde la soledad y el sereno os hacen compañía, naturales lechos y propias estancias de los caballeros andantes.

Como que la hermosa Luisa entra cuando quiere en las cocinas de su majestad, y nadie la impide de que levante coberteras y descubra cacerolas. No creí, no creí que llegase á tanto el malvado ingenio de don Rodrigo. Pero bueno es sospechar mal para prevenirse bien. Alégrome de haberos encontrado, amigo bufón, porque Dios nos descubre marañas que deshacer... y las desharemos ó podremos poco.

Perdonad, pero fuísteis atrevido é imprudente... Yo creía que érais otra mujer... una dama principal y nada más, y quise que me quedase algo vuestro por donde pudiera encontraros. Cuando vi esa joya, ya no tenía remedio... ya habíais desaparecido... entonces me pesó haberos hecho escuchar...

Al oír la palabra conciencia, el rey, que tenía algo de lo asustadizo de su padre, aunque no su firmeza ni su sombrío recelo, se alarmó. ¡ conciencia, dices! , porque siendo vos mi rey y mi esposo, os he callado lo que no debía haberos callado. ¿Tendremos alguna otra conspiración? dijo todo asustado el rey.

Sucédame lo que quiera, me pasará indudablemente menos de ello que de haberos disgustado. Venid dijo la dama , cuya voz tenía todavía el acento irritado, trémulo, conmovido. Y en paso rápido, fuerte, enérgico, tiró la crujía adelante, llegó á una puerta, abrió su pestillo con un llavín dorado, la pasó y repitió con impaciencia: ¡Seguid! ¡Seguid!

-El que yo he tenido en veros, valeroso príncipe -respondió don Quijote-, es imposible ser malo, aunque mi caída no parara hasta el profundo de los abismos, pues de allí me levantara y me sacara la gloria de haberos visto.

Palabra del Dia

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