United States or Montserrat ? Vote for the TOP Country of the Week !


Francisco Montiño, pero no qué singular error, ha creído que la reina ama á ese joven... me lo ha dicho á ... Francisco Montiño es un ente muy singular, y puede haberos dicho lo mismo; esto es, que su majestad y ese caballero se aman; esto es absurdo, esto es monstruoso, esto no puede ser, tratándose de una señora tal como la reina doña Margarita de Austria, que por su nacimiento, por su virtud, y digámoslo todo, por su orgullo, está muy lejos hasta del pensamiento de una acción vergonzosa.

¡Señora duquesa! ¡señor conde! exclamó la joven dirigiéndose á ellos ¡cuánto siento haberos hecho esperar! Pero de repente doña Clara se detuvo. Los ojos de la duquesa de Gandía estaban fijos con espanto en ella. Doña Juana de Velasco estaba pálida y temblaba. ¡Qué joyas tan hermosas! dijo ; sobre todo... ese collar de perlas... y ese relicario... perdonadme... pero quiero ver ese relicario...

Soy una mujer perdida, y no comprendo cómo vos, señor, podéis haberos enamorado de , como no he podido comprender nunca por qué de se enamoró don Hugo. Tenéis una hermosura maravillosa, doña Ana. Gracias, muchas gracias, señor, pero escuchadme todavía, que aún no he concluído. Os escucho.

Siento que hayáis pensado cosa semejante. No, camarada, ni pensarlo siquiera. Fué una prueba para ver si seguías siendo el mismo, aunque no debí dudarlo un momento. ¿Dónde estaría yo hoy, á no haberos conocido en la venta de Dunán? Desde luego no hubiera ido al castillo de Monteagudo, ni sería escudero de nuestro valiente capitán, y probablemente no hubiera visto nunca á....

Ved que esas tres cosas engañan. Estoy seguro de que es una divinidad. Se me os perdéis, Juan, se me os perdéis, y lo siento. Idos de la corte, amigo mío, porque si apenas habéis entrado habéis caído, á poco más sois hombre enterrado. Creedme, Juan, veníos conmigo á una hostería y dejáos de tapadas, que no contentas con haberos matado os piden hombres muertos.

Y creedme, señora mía, que tan no ha tardado la penitencia de mi culpa, que cuando en ello reflexionar pude, de se apoderó el miedo de las consecuencias de haberos ofendido, no de otra manera que si hubiera ofendido a Dios, que todo lo ve y lo sabe. Sed, pues, tan grande en la indulgencia y en el perdón, como veo que lo sois en el amor que me mostráis.

¿Y cómo olvidaros, si creo que por haberos tratado en mi niñez se me han pegado vuestras picardías? Yo no soy pícaro, y si lo soy, soy pícaro á sueldo. Tanto monta, que nadie hace picardías al aire. ¿Pero dónde vivís? Paréceme de que me lleváis por las escaleras de las cocinas. Así es la verdad, hermano Quevedo; he visto cuanto podía ver, y á mi mechinal me vuelvo. Pues sígoos. En buen hora sea.

Y el cura también respondió madama Scott. ¡Ah! , señor cura, ¿queréis dejarme decíroslo? ¡Si supierais cuán feliz me considero por haberos encontrado tal cual sois! Esta mañana en el tren, ¿qué os decía, Bettina? ¿y hace un momento en el carruaje?

Y no creo que haya motivo añadió el duque, mirándole de alto abajo y sonriendo de una manera que nos atreveremos á llamar triunfante ; no creo que haya motivo para que tan embozado, tan en silencio, y con un encubrimiento y un silencio tan inútil, vengáis á mi casa y pretendáis salir de ella; como os habéis tapado la cruz y el rostro con el ferreruelo, debiérais haberos puesto en cada pie un talego, á fin de tapar vuestros juanetes y disimular lo torcido de vuestras piernas; no digo esto por mortificaros, sino porque comprendáis que os he conocido, don Francisco.

El mismo Tránter admiró aquella energía invencible y cedió ante la gran fuerza de carácter que acababa de demostrar el joven hidalgo. Puesto que á tal punto lleváis lo que debisteis de considerar como inocente broma, me avengo á declarar que siento haberos dicho lo que tanto os ofende, dijo Tránter en voz baja. Y yo deploro también la respuesta que á ello , repuso prontamente Roger.