Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Al fin la atravesaron á pesar suyo, con universal admiracion de los que conocieron el peligro, con las buenas y fieles guias de los de Tesalia. Pasaron el estrecho llamado Thermopilas, célebre por los trescientos Espartanos que con Leonidas murieron defendiendo el paso á Xerxes, y la libertad de Grecia.
Tu eres la estrella que mis pasos guias En el camino del desierto mundo, Y de tu lumbre el esplendor divino Siempre me alhaga. La corona de fuego Del astro, rey del dia, Entre la onda fria Del mar, se sumerjió; Y la apacible noche, Su frente plateada De estrellas coronada, Serena levantó.
Pidió guias el capitan á los Payaguás, para ir á aquella provincia, y se ofrecieron prontos; y al punto dispuso su capitan 300 indios que fuesen con nosotros, y nos llevasen comida y otras cosas.
Pero Piscis no pudo librarle de ciertas bofetadas que recibió la tarde de aquel domingo; no por falta de voluntad en el centauro, sino porque hay cosas que no pueden ser... vamos, que no pueden ser. ¡Cuán ajeno estaba el gallardo mozo al retorcerse las guías del bigote frente al espejo y aliñarse las mejillas con un jaboncillo que se hacía traer de Madrid, que una hora después habían de ser tan fiera y cruelmente machacadas!
También llevaba botas altas y sombrero blando, pero había conservado el chaqué de solemnes faldones, por no renunciar por completo á su uniforme parlamentario. Delante marchaban dos capitanes sirviéndoles de guías. Estaban en una montaña ocupada por la artillería francesa. Iban hacia las cumbres, donde había ocultos cañones y cañones formando una línea de varios kilómetros.
Los tales discos llegaban casi á la cintura de sus guías, y eran de oro macizo, teniendo por adorno el relieve de una gran águila con las alas desplegadas y una especie de escudo con rayas y con estrellas. Volvió á decaer el interés mientras iban desfilando otros esclavos por parejas.
En el boj que bordeaba el camino, tropezaba Lorenzo a cada paso, al mismo tiempo que esquivaba, al tacto, las guías con flores que los rosales parecían tenderle como para brindarle las galas de sus productos.
Volviose, pues, hacia los guías, que le pusieron el pañuelo en los ojos y le condujeron al pie del Falkenstein. Lo que Hullin había ordenado a propósito de los víveres fue ejecutado desde aquel mismo día, y cada cual recibió media ración para la jornada.
Una mañana tomó el tren, y luego de faldear la montaña humeante del Vesubio, pasando entre pueblos de color de rosa circundados de viñas, bajó en una estación: Pompeya. De los hoteles y restoranes, en fúnebre soledad, surgieron los guías como un enjambre de avispas súbitamente despertadas. Se lamentaban de la guerra, que había cortado la circulación de viajeros.
Medio siglo menos un lustro, victoriosamente combatido por un sastre, y mucho aliño y cuidado de tocador; las espaldas queriendo arquearse un tanto sin permiso de su dueño; un rostro de palidez trasnochadora, sobre el cual se recortaban, con la crudeza de rayas de tinta, las guías del engomado bigote; cabellos cuya raridad se advertía aún bajo el ala tersa del hongo de fieltro ceniza; marchita y abolsada y floja la piel de las ojeras; terroso el párpado y plúmbea la pupila, pero aún gallarda la apostura y esmeradamente conservados los imponentes restos de lo que antaño fue un buen mozo, esto se veía en el desposado.
Palabra del Dia
Otros Mirando