Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de mayo de 2025
Es lo que él había hecho. Dió un nuevo revés al gorro y se lo echó a la nuca. De modo... dijo misia Gregoria, que no podía respirar.
Sí dijo misia Gregoria saliendo de su estupor, y tengamos entonces otro gobierno que éste, que te ha servido y ayudado; y si no has sabido aprovecharte del favor oficial, ¿qué harás sin su apoyo? lo que yo te digo, es que esto te está muy bien empleado, por andarte con miramientos, con remilgos, haciéndote el pulcro y el decente; ¡todos han manipulado y de qué manera! nadie les ha dicho nada y si les han dicho, se han reído de la gente.
Lo cierto es que a estos prontos, seguía un estado de irritabilidad tan grande, que andaba por la casa dando mordiscos a sus hermanos, a los criados, hasta a sus padres: a don Bernardino le sobajaba de lo lindo y a la madre la ponía motes irrespetuosos. Ya está atufada Angelita decía misia Gregoria, no hacerle caso y dejarla.
En segundo lugar, misia Gregoria era muy celosa, espantosamente celosa, lo cual daba ocasión a escenas lamentables, representadas sin disfraz delante de los hijos.
La contestación de Amparo, aunque pronunciada en medio de una alegre risa y con gran ligereza, tenía un fondo de dolor y de dignidad ofendida que no podían desconocerse. No hablemos más de eso; la dije: harás lo que quieras, todo menos ser monja. Hablemos de otra cosa. ¿Qué se ha hecho de doña Gregoria? Ha muerto hace dos años, me contestó tristemente. ¡Ah! ¡Pobre mujer!
De pronto, los dos instrumentos enmudecieron... pasó un minuto, y el mismo silencio; pasaron dos, tres minutos... ¿Se habrá ido ya? pensó misia Gregoria, ya no suena esa vocecita de flautín, que me arañaba el oído. Bernardino tampoco resuella. ¿A que ha cedido el muy mandria? ¡Y yo que me estoy aquí hecha una papanatas!
Los sucesos posteriores vinieron a desmentir este aserto, pero era entonces voz corriente entre la servidumbre, que esta mujer había logrado para sí y su hijo un lugarcito ventajoso en el testamento de don Aquiles y a guardar el puesto conquistado tendían todas sus artimañas. Se ha dicho que Gregoria tenía novio.
Llegó un día en que creí que había sido un imbécil; que había ido, respecto a Amparo, más allá de donde debía. Hasta llegué a creer que el padre Ambrosio era un hipócrita, y doña Gregoria una mujer interesada.
Ahora, chiquillo, estáte tranquilo continuó D.ª Gregoria, sentándose a mi lado . ¡Cuánto se va a alegrar el Sr. Juan de Dios cuando te vea! ¡Cómo! exclamé con la mayor sorpresa . ¿Juan de Dios vive aquí? ¿Pues en dónde estoy? ¿Y ustedes quiénes son? ¿Qué ha sido de Inés? ¡Otra vez Inés! Este joven no está todavía bueno. Dejémonos de Ineses, y a descansar.
Servíales de acompañante una hermana del tutor de Susana, llamada doña Gregoria, señora entrada en años, pero tan amiga de divertirse, que nunca ponía obstáculo ni entorpecimiento a cuanto las muchachas fraguaban para lucir y brillar.
Palabra del Dia
Otros Mirando