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Actualizado: 16 de julio de 2025
Pidieron dos docenas de reales; diéronselos, y con tanto comenzaron una grita del diablo, diciendo: "Viva el compañero y sea admitido en nuestra amistad; goce de las preeminencias de antiguo; pueda tener sarna, andar manchado y padecer el hambre que todos."
Y yo, Alcaparrón amigo, cuando siento ganas de llorar recordando la nada de aquél montón de tierra, la triste insignificancia de las florecillas que lo rodean, pienso en que no está allí mamá completamente, que algo se ha escapado, que circula al través de la vida, que me tropieza atraído por una simpatía misteriosa, y me acompaña envolviéndome en una caricia tan suave como un beso... «Mentira», me grita una voz en el pensamiento.
De noche, cuando la campana del puente marca el paso de cada media hora, el vigía contesta allá arriba con otra campana y grita a través de la bocina unas palabras que, en la obscuridad, parece que vienen de las nubes. Es un bramido en alemán como los que suelta el dragón que mata Sigfrido en la selva.
Garay que caminaba, desque llega Dó se siente esta grita y alboroto, Atraviesa por medio de una vega, Hasta dar en un verde y grande soto. La gente guayracana estaba ciega, En un momento el campo les fué roto, Mas viendo las mugeres les llevaban, Con fuerzas defenderlas procuraban.
Digo, volviendo al cuento, que infinita Gente vi discurrir por aquel llano, Con algazara placentera y grita: Con habito decente y cortesano Algunos, á quien dió la hipocresia Vestido pobre; pero limpio y sano. Otros de la color que tiene el dia Quando la luz primera se aparece Entre las trenzas de la aurora fria.
El entusiasmo penetra tambien en la plebe sabia, y lo mismo que la otra en sus asonadas, aplaude y grita: «muy bien, muy bien!... tú lo entiendes mejor que nosotros; tú serás nuestro jefe....» Modificaciones que ha sufrido en nuestra época la autoridad científica.
Quedó por esta causa allí la dama De dolor, y congoja y pena llena, Dó la siguiente noche tuvo cama, Triste, sola, llorosa en el arena. El pobre por el bosque grita y clama, Al aire publicando su gran pena; Que por buscar camino, senda y via Sin su dama se vé, y sin alegria.
Aunque el judío grita, ruega y brujulea, ¡ni un testigo!... Nadie ha visto nada... Afortunadamente, dos de sus correligionarios pasan entonces por la calle, con las orejas gachas, arrimados a las paredes. El judío los ve. ¡Pronto, pronto, hermanos! ¡A prisa, al agente de negocios! ¡A prisa, al juez de paz!... Ustedes lo han visto, ustedes... ¡Han visto que han maltratado al viejo!
El pobre vulgo no sabía lo que le había sucedido: pasó esto, y hice mi entremés de bobo, dije la coleta del huevo, y llegóse el punto de matar al triste Abel, y olvídaseme el cuchillo para degollarle, y quítome la barba y degüéllole con ella. Levántase la chusma, y empieza á darnos grita; supliquéles perdonaran nuestras faltas porque aún no había llegado la compañía.
El tiempo que pasa antes de procurarse nuevos tiros es una agonía mortal para Facundo, que grita a cada momento: «¡Caballos! ¡Caballos!» Sus compañeros de viaje nada comprenden de este extraño sobresalto, asombrados de ver a este hombre, el terror de los pueblos, asustadizo ahora y lleno de temores, al parecer quiméricos.
Palabra del Dia
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