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Actualizado: 4 de junio de 2025
Era un ejército de jóvenes. Jamás se peleó tanto, ni se peleó mejor, en el mundo por la libertad. Bolívar no defendió con tanto fuego el derecho de los hombres a gobernarse por sí mismos, como el derecho de América a ser libre. Los envidiosos exageraron sus defectos. Bolívar murió de pesar del corazón, más que de mal del cuerpo, en la casa de un español en Santa Marta.
Hecha esta carta y firmada de muchos, no la enviaron por parecer á algunos que tardaría en venir respuesta para sus disinios, que era rendir el fuerte, temiendo que los enemigos diesen asalto. Tratándose en la misma tienda que era bien ver el agua que había en la cisterna para gobernarse por ella, dijo Juan de Funes que en lo del agua no había que tratar, que no había para más de aquel día.
Aquel es de valor y grande estima Que sabe con prudencia gobernarse: Diremos con razon tener la prima Aquel que vemos sabe resguardarse Con gran maña en el arte de la esgrima, Y
Los que se hallaban bien caídos en el mundo engordaban alabando al Señor, que crea los reyes para evitar al hombre el trabajo de gobernarse; los que sufrían consolábanse pensando que la vida es una prueba pasajera, después de la cual alcanzarían un huequecito en el cielo. La religión es el mejor auxiliar de la monarquía. Si no hubiese existido antes de los reyes, éstos la habrían inventado.
Muchas veces tiene el entendimiento por buenas á las cosas malas por ignorancia y falta de advertencia, por cuyo motivo será bien trabajar en apartar la ignorancia que fomenta muchos errores; pero las mas veces el entendimiento tiene por buenas á las cosas malas, por gobernarse por las apariencias de los sentidos.
Dí las gracias á la Comisión por su sinceridad y franqueza, y les dije, que se retiren tranquilos, haciendo presente á los que les habían mandado que no habían sido recibidos por falta de credencial, y que, aunque las hubieran tenido según lo habían visto y oido de otros revolucionarios, D. Emilio Aguinaldo no aceptaría sus proposiciones de autonomía, porque el pueblo filipino tenía la suficiente ilustración para gobernarse por sí mismo y estaba cansado de ser martirizado por los abusos del poder extrangero, por lo que, no desea más que su Independencia, y así los españoles podían prepararse para defender su Soberanía, porque el ejército filipino les atacaría duramente y con constancia hasta tomar Manila.
Los soberbios y vanos, los altivos, Muy mal vemos que dejan gobernarse; Los hombres zahareños, los esquivos, Que no quieren á yugo sugetarse; Aquestos son muy malos y nocivos, Y no puede con ellos bien tratarse. ¿Pues qué hará quien manda con tal gente Que de toda razon es careciente?
Lo poseía todo menos la facultad de gobernarse a sí propio. El poder central de su espíritu era débil auriga, y los fogosísimos caballos de sus diversas facultades galopaban cada cual hacia donde lo orientaba su capricho.
Como una prueba la mas esplícita de lo dicho, recordaré al Gobierno, á los españoles todos, en nombre de mis amigos de Ultramar, que la constante y acrisolada lealtad de las Islas Filipinas, no desmentida hasta hoy en manera alguna, sin embargo de las diversas y terribles oscilaciones políticas porque ha pasado la Península en lo que llevamos del presente siglo, es acreedora á toda la consideracion del ilustrado Gobierno que hoy rije los destinos de la patria, y á la atencion de los Cuerpos colejisladores, para que cuando sea llegado el caso de entrar en la discusion de las leyes especiales porque deben gobernarse aquellas provincias, prevaleciendo solo los deseos de hacerlas felices, de mejorar su suerte y condicion, se llegue al término deseado, y se las facilite el desarrollo de su prosperidad por los medios mas breves y sencillos.
Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza anglo-sajona, la cual en América da clara muestra de que entiende de todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la raza española, ibérica, latina ó como nos convenga llamarla, ofrece muy triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro está también que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y desgobierno.
Palabra del Dia
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