Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de mayo de 2025


Gillespie mostró extrañeza al salir de su alojamiento y ver á esta muchedumbre inesperada. Pero el día era hermoso, dentro de su encierro había una penumbra glacial, y creyó preferible sentarse al sol, teniendo en torno á su taburete un espacio completamente libre de gente. El alarido con que le saludó la muchedumbre extendida colina abajo fué á modo de un saludo risueño.

Un anochecer, cuando Gillespie había terminado su trabajo y, sentado en la playa, descansaba de ciento ochenta viajes entre la orilla del mar y la punta de la escollera, recibió una visita extraordinaria.

Otro representante, el más joven de todos, rió de las lágrimas de Flimnap. Creo, doctor dijo , que mañana mismo se verá usted libre del cuidado que le da el Hombre-Montaña. Según parece, los altos señores del Consejo Ejecutivo piensan suprimirlo, para que no se burle más de nosotros. De cómo Edwin Gillespie perdió su bienestar y le faltó muy poco para perder la vida

Y ahora, gentleman, vuelva á tenderse; adopte su primera postura para tomar un poco de leche. Pero Gillespie estaba pensativo desde mucho antes. Se dispuso á obedecer la orden y luego se detuvo para mirar con una expresión interrogante á la universitaria. Una palabra nada más, y en seguida me tiendo. La doctora le hizo ver con un gesto que estaba dispuesta á escucharle.

Pero estas palabras resultaban irónicas, pues ninguno de los dos se había movido al llegar el Hombre-Montaña ni parecieron enterarse de su presencia. Gillespie no pudo ofenderse por este egoísmo, propio de enamorados.

La lección de Historia del profesor Flimnap Gillespie, que había puesto en duda la civilización avanzada de estos pigmeos, tuvo que reconocer que sabían hacer las cosas aprisa y bien. Al aparecer el segundo sol después de su entrada en aquella Galería recuerdo de una feria universal, todo lo más primario de su instalación estaba ya hecho.

La noticia hizo perder su calma al gigante.... ¡Verse privado de un bote que representaba la única probabilidad de volver al mundo de sus semejantes!... Poco después de la salida del sol continuó la traductora se han encargado de remolcarlo hasta el puerto de la capital los navíos de nuestra escuadra del Sol Naciente. Gillespie necesitó mostrar su mal humor con palabras ofensivas.

Gillespie siguió contando el encuentro de Ra-Ra y Popito sobre su mesa en la tarde anterior, y cómo, extendiendo uno de sus brazos, creó un refugio para que los dos amantes se hablasen entre caricias.

Montados en su máquina, que permanecía inmóvil encima de los ojos de Gillespie, á unos tres metros de altura, estos aviadores acogieron con un regocijo pueril el gesto de asombro que puso el gigante al sentir el tirón que aprisionaba é inmovilizaba su brazo. Pero luego adivinaron en el prisionero una expresión de dolor.

Cubrían el resto de su abultada persona una blusa negra apretada á la cintura por un cordón, que hacía más visible la exagerada curva de sus caderas, y unos pantalones que, á pesar de ser anchos, resultaban tan ajustados como el mallón de una bailarina. ¡Pero usted es una mujer! exclamó Gillespie, asombrado de su repentino descubrimiento.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando