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Actualizado: 2 de junio de 2025
Fatigadas, vuelven la cabeza al caballero, y échanle en la cara una agua que hiele: echadas con la carga, no se levantan, aunque las maten á palos, y quitandoles la carga, se levantan. Al vivo van pintadas; pero mejor GARCILASO, Comentários Reales, tom.
Es un drama pastoril, más bien por los nombres de los personajes que por su acción y sus efectos, por cuyo motivo se diferencia por completo del mundo bucólico de Montemayor y de Garcilaso.
Todos sabían que había ofrecido al Cabildo de la Catedral hacer revestir a su costa la gótica portada de los Apóstoles con un peristilo greco-romano. Los cajones de sus bufetes estaban llenos de ensayos poéticos, en que cantaba, al modo de Boscán y Garcilaso, a Clori y a Galatea.
El general La Mar, que era, valiéndome de una feliz expresión del Inca Garcilaso, un caballero muy caballero en todas sus cosas, tributó en esta ocasión justo homenaje al valor y la lealtad de Rodil, que desde el 1º de marzo de 1824, en que reemplazó a Casariego en el mando del Callao, hasta enero de 1826, casi no pasó día sin combatir.
Don Paco se preparó a obedecer el irresistible mandato; pero pensando en aquel mismo instante en que Juana la Larga, la madre de quien causaba su tormento, era quien había guisado aquel lomo, las más tristes memorias se le recrudecieron, y con una magra entre los dedos, al ir ya a tirar un bocado, se le atragantaron en la garganta los dos tan sabidos versos de Garcilaso que dicen: ¡Oh dulces prendas por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería!
Cuando salió á luz este poema sobre la conquista del Rio de la Plata, las musas castellanas habian desplegado, en las obras de Garcilaso, Herrera y Luis de Leon, un estilo culto y elegante. Ni la lucha intestina de Fernando el Catòlico contra los Moros, ni las guerras exteriores de su sucesor Carlos V, fueron bastantes
Dineros he menester yo; que agüelos no respondió el Estudiante : con los míos me haga Dios bien ; que me han dicho mis padres que deciendo de Leandro el animoso, el que pasaba el mar de Abido «en amoroso fuego todo ardiendo» , y tengo mi ejecutoria en las obras sueltas de Boscán y Garcilaso .
Al comenzar el último acto cuenta Garcilaso al Rey, llegado al campamento hace poco, las temerarias hazañas ejecutadas los días anteriores; aparecen también varios caballeros, que depositan á los pies de sus soberanos los trofeos de sus victorias. Anuncia á la sazón un servidor, que Tarfe se encamina hacia el campamento trayendo el Ave María en la cola de su caballo.
Comparecen luego los caciques subalternos á su presencia, confieren cuanto de la última vez que se han visto y reunido ha pasado á sus familias, recomiendan la venganza de sus desgracias, y si en la reunion hay 30 ó 40, el que tiene la palabra ha de saludar despues del ulmen á todos, refiriéndoles lo mismo; por manera que se repite una misma cosa tantas veces cuantos son los concurrentes, y lo mismo las respuestas; y de este modo, en falta de escritura, transmiten á la posteridad por expresion ó noticias las desgracias á los demas, para que siempre vivan en la memoria de las generaciones futuras los acontecimientos, á la manera que refiere el Inca Garcilaso de la Vega, lo hacian sus mayores.
Mena, Envio, Pacunio y Livio español, escribió la poesía antigua; la media, Garcilaso, que pulimentó sus versos, y describió las selvas y los amores pastoriles, y Lope, por último, la nueva, y es nuestro Marrón y nuestro Ovidio, porque tal es su nombre, no el de Terencio, puesto que la naturaleza lo ha hecho Marrón y Ovidio.
Palabra del Dia
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