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Actualizado: 2 de julio de 2025
Luis de León y Garcilaso son mis predilectos entre los líricos españoles, dijo Lucía con suma naturalidad. Casi se disipó la sospecha de D. Fadrique. Parecía inverosímil tanto disimulo en una muchacha de diez y ocho años, que rezaba el rosario todas las noches, iba á misa y se confesaba con frecuencia.
Quiso, no obstante, la suerte ó sea el orden providencial ó fatal que llevan los sucesos históricos, que el idioma de Castilla prevaleciese: que, aun antes de llegar á la unidad de que he hablado, presentase los títulos de su hegemonía y de su imperio, como son el Poema del Cid, los versos del arcipreste de Hita, Las Partidas, la Crónica general y El Conde Lucanor; y que, después de formada la unidad, corroborase su imperio con otros títulos soberanos: con el Amadis, con La Celestina, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes, con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundísimo y rico Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro.
De Boscán y Garcilaso no hablemos; hoy se reprocha a los jóvenes poetas americanos de lengua castellana que vayan a buscar a Francia su inspiración. ¿Dónde fue a buscarla Boscán, que nos trajo aquí todo el modernismo italiano?
Don Quijote le respondió: -Vuestra merced me diga quién es, porque mi cortesía responda a sus merecimientos. El mozo respondió que era el músico y panegírico de la noche antes. -Por cierto -replicó don Quijote-, que vuestra merced tiene estremada voz, pero lo que cantó no me parece que fue muy a propósito; porque, ¿qué tienen que ver las estancias de Garcilaso con la muerte desta señora?
Si examinamos ese gran período de la poesía europea, que termina en el siglo XVII, veremos que la corriente de la italiana se establece entre este último país y España, y que Boscán y Garcilaso, no sólo imitan con el mayor esmero al Petrarca en la forma de sus sonetos y canciones, sino que reproducen muchos pensamientos suyos y hasta versos enteros.
Traemos estudiadas dos églogas, una del famoso poeta Garcilaso, y otra del excelentísimo Camoes, en su misma lengua portuguesa, las cuales hasta agora no hemos representado.
Evidente es asimismo que Boscán y Garcilaso, importando en España la métrica y el modo de poetizar de los italianos, prestaron poderoso impulso y nuevo aliento a la literatura de su patria sin hacerle perder su originalidad castiza, sino suministrándole nuevos moldes de donde pudo salir y salió mejor ataviada y más limpia, refulgente y hermosa.
Por desgracia, una reparacion que satisfaga enteramente su memoria es imposible. ¿Quién le devuelve ya el renombre que mereció gozar ántes que nadie y desde 1552, de primer analista de los Incas y sus hechos? ¿El inca Garcilaso de la Vega hubiera disfrutado hasta el presente el monopolio de la autoridad en materia de antigüedades peruanas é historia de aquellos monarcas, si la Segunda parte de la Crónica de Cieza hubiera aparecido, como pudo, medio siglo ántes que Los Comentarios Reales?
No morirá en mi tierra la lengua de Castilla, la cultura española no encontrará su ocaso, las leyes del Rey Sabio tendrán vida inmortal; porque en la historia un nombre eternamente brilla, al lado de Cervantes, Molina y Garcilaso, el nombre de aquel vate, héroe y mártir: Rizal. Octubre, 1915. Manileño. Sus primeros modelos fueron Bécquer, Espronceda y otros bardos hispanos.
Antes, aún siendo niño, había ya traducido en verso el poema de Claudiano De raptu Proserpinae, y quizás escrito obras dramáticas en cuatro actos, según indica en el Arte nuevo de hacer comedias; pero la que llegó a nosotros atribuída a esa primera edad, Los Hechos de Garcilaso, no puede haberla compuesto antes de los diez y seis o diez y ocho años.
Palabra del Dia
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