United States or Ukraine ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estaban prendiendo fuego á la iglesia de los jesuítas. Una parte de la manifestación, rezagada en el ensanche, sitiaba el templo, rociándolo con petróleo. Ya ardían las puertas. La guardia civil corrió allá á todo galope, abandonando la manifestación. Aresti sentía un entusiasmo casi igual al del Barbas. ¡Ya ardía el odiado cubil! ¡Bilbao despertaba!... Pero iban llegando nuevas noticias.

«Si la mandara buscar me dije, un coche al galope a Krakowitz, otro a Gorowen, y estaría aquí dentro de una horaPero no; viejo imbécil como soy, tendría vergüenza de confesar mi turbación... Y además, ¿no tengo aquí a Lotario, al que puedo recurrir en mi aflicción?... Gracias a Dios, está ahí todavía. Siéntense, muchachos digo, mientras me esfuerzo por adoptar un tono desenvuelto.

Menos palabras. ¿Estaba dispuesto a salvarle, o se negaba a ello? El aperador, por toda respuesta, ensilló su jaca valiente, y otro de los caballos del cortijo. Iba a llevarle en seguida a la sierra, y una vez allí, se encargarían otros de él. El viejo los vio alejarse a todo galope, y emprendió su regreso, encorvado por repentina vejez, como si toda su vida se fuera con su hijo.

Círculos de espuma fosforescente brillaban sobre las olas. Como me había dicho Allen, el caballo sabía el camino y tuve que refrenarlo para que no partiera al galope. Llegué rápidamente a la herrería, y de allí, a pie, volví a mi casa. No sabía qué decir a mi madre; quizá le iba a producir una gran emoción hablándole de que su hermano vivía a poca distandia de ella, enfermo, casi moribundo.

Y metiendo espuelas á su caballo salió á todo galope, no sin hacer antes á Ricardo un gesto de desprecio. Quedó éste avergonzado por la cruel despedida de la amazona y sin deseos de seguirla. Después su vanidad se alborotó, y quiso alcanzarla para que reconociese que no era un «chapetón», un torpe, como ella creía.

El trinquete, ligeramente inclinado hacia proa medía próximamente la mitad de la longitud total del mayor y un tercio menos grueso, no llevando galope á veces no bajaba hasta la quilla, teniendo la carlinga en la cubierta principal. El mesana, algo caído hacia atrás era poco menos que el trinquete, con galope y su carlinga estaba en la tolda.

Lorenzo penetró en el dormitorio, ligeramente preocupado con la actitud en que había sorprendido a Melchor, y le dijo: ¿No te sientes bien? ¿Yo?... ¡Perfectamente!... ¿Por qué? Me dijo Ricardo que estabas sin muchas ganas de levantarte. ¡Cosas de Ricardo! ¡Tenía un poco de sueño y nada más!... en un periquete me visto e iremos a dar un galope; espérate.

Pero los caballos, felices con pisar la hierba, corrían al galope, acercándose con velocidad pasmosa. En torno de él, como a unos cien metros, había algunos carruajes y gente a pie, formando círculo contemplativo.

Entonces comprendí por qué mi viejo compañero nos conducía tan aprisa a la arboleda. A pesar de esto palpitábame el corazón, especialmente al acordarme de mis pobres amigos. De repente, cuando llegábamos al lindero, echaron al galope detrás de nosotros a los perros...

Lo agradable del galope no le impedía pensar, con cierta inquietud, en un suceso inevitable, y en una observación de orden distinto: ¿Cómo será al parar?; ¡qué difícil es hablar cuando se galopa!...