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Actualizado: 15 de junio de 2025
Yo habría querido dar los buenos días a algunos amigos, pero en seguida se apoderaron de mí, y me empujaron, gritando, hacia el aposento donde, según decían, me estaba esperando mi novia. Allí estaba ella, gallardamente erguida en su traje de seda blanca. El velo de tul la envolvía en una nube transparente, y la corona de mirto descansaba sobre sus cabellos como una corona de espinas.
Una visita al Brown, que se mece gallardamente en las aguas del Támesis, a la altura de Greenyde. Uno de los objetos de mi viaje a Inglaterra ha sido ver la gran nave argentina. El pabellón flotando en la popa me llenó de indecible emoción, que se aumentó por la cordial acogida que recibí de la oficialidad argentina, con su digno comodoro a la cabeza.
Hasta a la capital del distrito fue varias veces, y no sin éxito, con el referido objeto. A no pocos electores de influjo, a quienes D. Paco tenía amarrados, los desamarró D. Acisclo, exponiendo gallardamente sus capitales. Por estar amarrados, se entiende en lenguaje electoral de por allí, deber dinero al grande elector. D. Acisclo estuvo rumboso.
Era Jacobo, gallardamente embozado en una capa andaluza con vueltas rojas, y cubierta la cabeza con un sombrero hongo de color claro; torció la esquina sin fijarse en el coche y comenzó a subir por la calle ya más despacio, examinando las casas atentamente.
En realidad, ella no entendía jota de política, y si era liberal, éralo por sentimiento, como tributo a la memoria de su Jáuregui y por respeto al uniforme de miliciano nacional que este tan gallardamente ostentaba en su retrato. Pero si le hubieran dicho que explicara los puntos esenciales del dogma liberal, se habría visto muy apurada para responder.
Ella, que presentía este ataque repentino, no dio un grito ni pronunció siquiera una palabra; pero lo rechazó con fuerza y decisión. Hubo una lucha sorda y rabiosa que duró bastante. La chica se defendía gallardamente y consiguió por tres o cuatro veces zafarse de las manos del viejo; pero éste la perseguía por los rincones de la cocina y volvía a sujetarla.
Los Genoveses afrentados de verse tan gallardamente rebatidos de mujeres, obstinadamente peleaban, en caer uno muerto de las escalas, habia otro que se ofrecia al mismo peligro.
Ere por aquel tiempo en la corte la casa de los duques de Algalia una de las más ricas y afamadas por aristocráticas. Su blasón no se había desdorado aún por completo con el roce de las costumbres modernas; sus estados no eran todavía presa de ninguna junta de acreedores, y hubiesen podido añadirse al escudo nobiliario algunos rehiletes gallardamente puestos en atrevida becerrada.
Al verla llegar, al cabo, con su vestidito gris, soportando gallardamente las dos existencias en que su ser se partía, una emoción intensa hizo palpitar su corazón. Corrió hacia ella y se apretaron las manos y se miraron a los ojos con embeleso. Luego, cogiéndose del brazo, entraron en el Retiro, y pasearon charlando bajo los árboles.
Nada de particular tenía todo esto; pero sí lo tuvo, y mucho para mí, lo que sucedió enseguida; y fue que, vuelto de repente hacia nosotros el hombre que descargaba el carro, y mientras nos miraba frunciendo mucho los ojos, apoyándose gallardamente en el horcón clavado por sus puntas en el heno, observé que Neluco se descubría delante de él y le saludaba con el nombre del caballero a quien íbamos a visitar.
Palabra del Dia
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