United States or Tajikistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se la había tapizado con franela y se le habían añadido algunas argollas de bronce para sujetarse. Acomodáronse en ella el director, el duque y las damas valientes que no habían vacilado nunca, para bajar los primeros. Dióse orden al maquinista para que el descenso fuese lento. La jaula se estremeció subiendo y bajando algunos centímetros con rapidez. De pronto se sumergió de golpe en el agujero.

Vestía la hija de Doña Paca una bata de franela color rosa, de corte elegante, ya descompuesta por el mucho uso, las delanteras manchadas de chocolate y grasa, algún siete en las mangas, la falda arrastrada, revelándose en todo, como prenda adquirida de lance, que a su dueña le venía un poco ancha, por aquello de que la difunta era mayor.

, señor. ¿Y los corazones de franela? También. Está bien, señorita. Tendré presente su diligencia y entusiasmo. Don César no movió un pliegue de su rostro varonil en esta conversación. Sus ojos, de una extraña firmeza que rayaba en ferocidad, no se apartaban de la niña.

Viendo á Jacobo vestido con un traje de franela blanca y una elegante gorra, tendido en un rocking-chair y fumando un buen cigarro, después de almorzar en compañía de sus dos amigos, nadie hubiera reconocido en él al miserable penado que arrastraba el día antes su cadena en el presidio de la isla Nou.

«¿Con quién habla ese hombre?». Acercó la Regenta el rostro a la raya de luz y vio a don Víctor sentado en su lecho; de medio cuerpo abajo le cubría la ropa de la cama, y la parte del torso que quedaba fuera abrigábala una chaqueta de franela roja; no usaba gorro de dormir don Víctor por una superstición respetable; él incapaz de sospechar de su Ana la falta más leve, huía de los gorros de noche por una preocupación literaria.

Eran jóvenes y tenían aspecto de viejos: las barbas hirsutas, los uniformes manchados, las caras apergaminadas por el sol, endurecidas por el frío, resquebrajadas por los vientos. El calor les había hecho despojarse de los capotes y mostraban sus camisas de franela de un color indefinible, impregnadas del sudor de tantas fatigas y emociones.

Cuando la intentona armada de don César, ella fue quien bordó el estandarte y los corazones de franela que los defensores de la fe llevaban cosidos al chaleco. Los conspiradores sentían hacia ella grandísimo respeto por la fama de santidad de que gozaba, y le profesaban profundo cariño por el entusiasmo con que había abrazado su causa.

El de las mujeres, de saya de percalina azul sobre refajo de bayeta encarnada, jubón de paño obscuro, mantilla de franela negra, con anchos ribetes de panilla, media azul y zapatos de paño negro.

¡Cómo! ¿No traes faja? exclamó quedando inmóvil, petrificado. No, señor; no me ha hecho falta. Mañana te pondrás una mía de franela. A me da cinco vueltas. A ti supongo que te dará alguna más. ¡Me dará quince! pensó con desesperación Andrés, que sudaba ya copiosamente dentro de la zamarra.

Se lava primero la franela para quitar el polvo; después se tiene un buen rato en esta composición y vuelve a pasarse por agua clara. OTRA FÓRMULA. También se lavan franelas y lanas blancas con lo siguiente: Se echa una buena cucharada de bórax por cada medio litro de agua y se vierte una parte de esta mezcla en agua caliente. En esta solución se lava, agregando poco a poco la solución de bórax.