Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de junio de 2025
Una respiración de carne blanca, atocinada y sudorosa, revuelta con el hedor del cuero, flotaba sobre los regimientos. Todos los hombres tenían cara de hambre. Llevaban días y días caminando incesantemente sobre las huellas de un enemigo que siempre conseguía librarse. En este avance forzado, los víveres de la Intendencia llegaban tarde á los acantonamientos.
Desta manera me fue forzado sacar fuerzas de flaqueza y, poco a poco, con ayuda de las buenas gentes di comigo en esta insigne ciudad de Toledo, adonde con la merced de Dios dende a quince días se me cerró la herida; y mientras estaba malo, siempre me daban alguna limosna, mas después que estuve sano, todos me decían: "Tú, bellaco y gallofero eres. Busca, busca un amo a quien sirvas."
Y así, forzado deste deseo, él mismo ensilló a Rocinante y enalbardó al jumento de su escudero, a quien también ayudó a vestir y a subir en el asno. Púsose luego a caballo, y, llegándose a un rincón de la venta, asió de un lanzón que allí estaba, para que le sirviese de lanza.
Pero, por lo pronto, me veía forzado a esperar que la llegada de mi gente llamase la atención de los que tenían las llaves, o de algunos de ellos, induciéndoles a cruzar el puente y ponerse a mi alcance. Esperé cinco minutos más que me parecieron media hora, y entonces empezó el próximo acto en aquel drama de tan inesperadas cuanto rápidas escenas. Todo estaba tranquilo en la opuesta orilla.
Sentada en el gran sillón, cerca de la cama de su padre, y no pudiendo en aquella oscuridad entregarse a ningún trabajo manual, pasaba estos momentos de ocio forzado, analizando los pensamientos nuevos que nacían en su espíritu.
Viéndome forzado a alimentar el espíritu de todo ello, llegué poco a poco a paladearlo sin repugnancia, y muy pronto acabé por encontrarlo agradable a falta de cosa mejor. Lo mismo me había pasado con los condumios de Facia.
Durante los tres dias que pasé en la imperial Toledo, tan magníficamente cantada por Zorrilla, me vi forzado á renunciar á la carne, recibiendo la ley de la situacion. Pero como no habia pescado, ni huevos, ni leche, quedé á discreción de los garbanzos cocidos y otras iniquidades de la cocina española, neutralizando algo mi desdicha con buenos tragos de un exquisito Valdepeñas.
En esta travesía tuvo lugar una vez la extraña escena que sigue. Las cuchilladas, tan frecuentes entre nuestros gauchos, habían forzado a uno de ellos a abandonar precipitadamente la ciudad de San Luis, y ganar la travesía a pie, con la montura al hombro, a fin de escapar de las persecuciones de la justicia. Debían alcanzarlo dos compañeros tan luego como pudieran robar caballos para los tres.
Octavio se enfurece al oirlo; se lanza contra Roselo, y éste, viéndose forzado á defenderse, lo derriba á sus pies sin vida. Aparece entonces en el teatro de la lucha el príncipe de Verona, atraído por el choque de las espadas; ordena á los combatientes que desistan de su contienda, y destierra á Roselo de la ciudad por largo tiempo.
En virtud de otra intriga, Don García se ausenta algún tiempo de su casa, cuya ausencia aprovechan los amantes casándose, y á su regreso traen la noticia de que Don Fadrique ha sido forzado por la justicia á dar su mano á otra dama, á quien había hecho promesa formal de casamiento; Don Diego y Doña Lucía se le presentan ya como recién casados, y Doña Catalina, perdidas sus esperanzas, acepta la mano que Don Juan le ofrece.
Palabra del Dia
Otros Mirando