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Actualizado: 8 de junio de 2025
En ella, sin embargo, había gran naturalidad; y no es aventurado afirmar que en ningún tiempo se cruzaron sus manos blancas y finas con menos afectación, á diferencia de aquellos crispamientos de dedos que usaba tanto para acompañar y adornar sus peroraciones. Aquí no será permitido que le hagan á usted daño alguno dijo en el tono de quien hace una importante revelación. No tema usted.
En el entendimiento de la Señana se verificaba una espantosa confusión de ideas, un verdadero cataclismo intelectual, un caos, al considerar que aquellas piedras blancas y finas eran el sepulcro de la Nela. Si ante la Señana volara un buey o discurriera su marido, ya no le llamaría la atención.
La Pepay había escrito aquella misma tarde una carta al célebre ponente esperando una contestacion y dándole una cita en el teatro. Por esta razon don Custodio, apesar de la ruda oposicion que había desplegado contra la opereta francesa, se iba al teatro, lo cual le valió finas pullas de parte de don Manuel, su antiguo adversario en las sesiones del Ayuntamiento.
En el mismo parage, y á poca costa podriase establecer asimismo un comercio con los indios, quienes por los vidrios azules, cuentas de rosario, cascabeles de laton, sables, puntas de lanzas y achas, cambiarian su ganado para el uso de la colonia, y aun pellizas finas para enviar á Europa; siendo tan raro navio en estos mares, que todo este se podria hacer y mantener muchos años, sin que los españoles lo supiesen.
Usted ha prometido ser mi amigo. Debe salvarme, debe salvarme de ese hombre... sí, de ese hombre cuyo simple contacto esparce la muerte! Apenas hubo pronunciado estas palabras, vaciló, tendió aturdidamente sus finas manos blancas, y hubiera caído al suelo sin sentido, si yo no hubiese dado un salto adelante y la hubiera tomado en mis brazos.
De primer orden; madera blanca sonrosada con manchas rojizas muy finas y muy abundante en Mindoro, muy apreciada como madera de sierra en construcción civil ó naval. Nipa. Pagatpat. De segundo orden. Crece en las orillas del mar, en los ríos, y sobre todo, en el mangle; su madera es muy dura, pero esponjosa y de poco peso, y se emplea en las obras hidráulicas. Palo María.
La cara es insignificante, flacucha, inexpresiva, enteca, sin expresión en la mirada ni sonrisa en la boca: lo único bello son las manos, finas, aristocráticas. No se le ven a S. M. los pies que fuera falta de respeto.
Los que comercian con dichos pueblos civilizados dan varios productos de los montes, como miel, cera y bejucos, á cambio de telas y de moneda: las mujeres de estos visten una ligera camisilla y un tapis; las de los más feroces van desnudas: las primeras colocan en su pelo un peine de caña, en el que ejecutan finas labores, y por sus orejas taladradas atraviesan un pedacito de rama en flor, que además de su erizada cabellera les da un aspecto extraño.
Sobre un lecho, adormida, de piedras finas, te arrullan de los bosques las auras suaves; velan tus sueños de oro castas ondinas, te murmuran mil trovas parleras aves. Palpita en tus entrañas, arde en tu suelo la áurea y candente lava de los volcanes; sierpes de escamas ígneas hienden tu cielo cuando ruedan crujiendo los huracanes.
Y en la confluencia de las dos corrientes emergía la isla, una pequeña extensión de terreno casi al ras del agua, pero fresca, verde y perfumada como un ramillete acuático, con espesos haces de juncos sobre los cuales zumbaban de día los insectos de oro, y unos cuantos sauces que inclinaban sobre el agua sus finas cabelleras formando bóvedas sombrías, bajo las cuales se deslizaba la barca.
Palabra del Dia
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