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Actualizado: 6 de junio de 2025
Si algo he hecho y puedo hacer por mi patria; si alguna huella dejo en el mundo; si la Providencia ha querido favorecerme con esta altísima merced, á que seguramente no me considero acreedor, España deberia agradecerlo al marido de mi hermana Filomena, D. Antonio Miravent y Bogarin, á su hermano D. Francisco, y al marido de mi hermana Amparo, D. Juan María de Zarandieta, naturales todos de la isla Cristina, provincia de Huelva.
No hay amigo para amigo, No hay ser padre siendo rey, Donde hay agravios no hay celos, Casarse por vengarse, Obligados y ofendidos, Persiles y Segismunda, Peligrar en los remedios, Los celos de Rodamonte, Santa Isabel, reina de Portugal; La traición busca el castigo, El profeta falso, Mahoma; Progne y Filomena. Segunda parte de las comedias de D. Francisco de Rojas Zorrilla: Madrid, 1645.
Adquirió el convencimiento de que aquél la tomaba como instrumento para hacer padecer un poco a su ama y tenerla más atenta y sumisa. Tal convicción la empujó de nuevo hacia D. Narciso, a quien hacía tiempo había abandonado; pero éste, que nunca le había profesado gran afición, como a Obdulia, la rechazó sin miramientos. Si embargo, la ex-joven seguía luchando bravamente con D.ª Filomena.
Tiene allá a su doncella, la Filomena. Sabel también ayuda para cuanto se precise. Julián no contestó. Sus reflexiones valían más para calladas que para dichas. Era una monstruosidad que Sabel asistiese a la legítima esposa; pero si no se le ocurría al marido, ¿quién tenía valor para insinuárselo? Por otra parte, Sabel, en realidad, no carecía de experiencia doméstica, ni dejaría de ser útil.
V. La Egloga á la muerte de Doña Isabel de Urbina, por D. Pedro Medina de Medinilla, entre las poesías que siguen á La Filomena, y el verso citado antes, de la Egloga á Conde, cuyas palabras, hasta que en Alba fué mi noche obscura, se explican y completan mutuamente. Así se deduce de un soneto y de un epigrama latino, que se encuentran en Las Rimas, de Lope de Vega.
Abner contestó reflexivamente Filomena, déjeme que lo piense: Abner no ha estado chispo desde la última elección. Entonces le hubiese gustado a doña María preguntarle si en tales ocasiones prefería tenderse al sol y si un baño frío era perjudicial, pero esto hubiera provocado una explicación a la que no tenía ganas de dar publicidad.
Recibió el grado de bachiller para entrar en la carrera eclesiástica; «pero el amor lo cegó de tal manera, que se olvidó de todo .» Es de presumir que alude á las relaciones amorosas, que tan bien describe en La Dorotea, á lo menos en lo substancial, y que corresponden á la juventud de Lope, puesto que en otros muchos pasajes de sus escritos, y especialmente en la segunda parte de Filomena, alude á ellas.
2 Primero es la honra, de D. Agustín Moreto. 3 La sortija de Filomena, de D. Sebastián de Villaviciosa. 4 Antes que todo es mi dama, de D. Pedro Calderón. 5 Las dos estrellas de Francia, del maestro D. Manuel de León y del licenciado D. Diego Calleja. 6 Caer para levantar, de D. Juan de Matos Fragoso, D. Jerónimo Cáncer y D. Agustín Moreto.
IV. Mosquera de Figueroa, Comentario de la jornada de las islas de las Azores, lib. I, fols. 14 y siguientes. Miñana, en su Continuación á Mariana, tomo III, lib. VIII, cap. 10 de la edición en folio. Miñana, A., cap. 12. Herrera, lib. V. Mosquera de Figueroa, lib. II, fols. 58 y siguientes. Dorotea, lib. V. Filomena, parte 2.ª
Cándida cuchicheaba con el P. Melchor, D.ª Eloisa con su ahijado el P. Gil y con Obdulia, D. Joaquín con Marcelina, y el P. Narciso con D.ª Filomena. Se puede asegurar que los únicos que escuchaban realmente al ex-gobernador interino de Tarragona eran su hermano y D.ª Teodora, esto es, los que ya conocían los pormenores de su gestión administrativa tan bien como él.
Palabra del Dia
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