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Actualizado: 3 de junio de 2025


Unos penetrantes ojos se fijaron vivamente en ella, con una ternura que quizá ella sola era capaz de comprender. Amiga Clara dijo afectando alegría, tranquilízate. El cansancio te ha rendido y la excitación del viaje te ha puesto en un estado lamentable. He visto a Carolina; está buena y hermosa. Por ahora, esto es bastante.

¡Aquí está el orador más notable del club democrático de Zaragoza! dijo en voz muy alta Javier, señalando á su amigo. ¡, ! dijeron todos los aragoneses que había en el recinto, reconociendo á su compatriota. Defiéndanos usted, defiéndanos. Todas las miradas se fijaron en Lázaro. ¡Cosa singular! En aquel momento una súbita transformación se verificó en el ánimo del joven.

Pero seamos indiscretos y contemos lo que vimos, ocultos en la estancia inmediata y sin ser vistos por ellas. Inés, en quien primeramente se fijaron mis ojos desde la puerta, estaba en la reja, como en acecho, mirando ora a la calle, ora adentro, sin duda para dar la voz de alarma en cuanto el pomposo perfil y los pomposos y temidos espejuelos de doña María volviesen la esquina de la calle Ancha.

De Juan Ortiz la gente con pujanza Les prende, y el negocio por escrito Se pone, y á los tres luego cortaron Las cabezas, y en alto las fijaron. Tambien allá en la isla pretendieron Llevar de la Almiranta unos soldados La barca, con la cual ir se quisieron Al puerto San Vicente encaminados.

En seguida, después de mirarse unas a otras, se fijaron en ella con cierto embarazo y cambiaron la conversación. Sin duda aquélla, la mayor de las hermanas, había sido para su padre un ser de adoración, el motivo amoroso de su muerte; y acaso en una viudez virginal, se había ella consagrado a la fidelidad de un cariño que a través de la muerte perduraba por la comunicación doliente de sus almas.

Ella inclinó la cabeza con una sonrisa insignificante: le saludaba como a cualquier otro pasajero. Sus ojos se fijaron en los suyos tranquilamente, sin el más leve asomo de turbación, cual si no existiesen entre ambos otras relaciones que las ordinarias en la vida común de a bordo.

Cuando se acaricia los labios con su lengua de gata, es capaz de saltar por encima del vengador de la Pampa que tanto miedo le infunde. Otra vez los ojos negros de la madre, ojos abultados y dulces, que recordaban la mirada lacrimosa de los llamados andinos, se fijaron en la hija con una severidad titubeante. «¡Nélida!», volvió a gritar.

Es una pasión desgraciada, o, lo que es lo mismo, es una de las pasiones que duran. Esta vez, sin embargo, tuve suerte; habían colocado la mesa del whist próxima a la chimenea, e hizo la fortuna que mi butaca estuviese a espaldas de las de mis lindas habladoras, que no fijaron su atención en nosotros.

Si a sus hijos todo los alarma; todo paso adelante o atrás los inquieta, y ni por la gloria celestial, que es cuanto hay que ofrecer, fijarían un clavo fuera del sitio en que le fijaron sus abuelos.

Palabra del Dia

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