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Actualizado: 3 de junio de 2025
Los marineros, observando la aglomeración de los espectadores, y enterados de lo que significaba la letra escarlata, vinieron con sus rostros ennegrecidos por el sol, y de hombres de alma atravesada, á formar también parte del círculo que rodeaba á Ester; y hasta los indios se vieron contagiados con la curiosidad de los blancos, y deslizándose al través de la multitud, fijaron sus ojos negros, á manera de serpiente, en el seno de la pobre mujer, creyendo acaso que el portador de este brillante emblema bordado tenía que ser persona de alta categoría entre los suyos.
Sus ojos se fijaron en mí antes que en los demás y no vi que se turbaran. Sus labios expresaban un gracioso descuido y me hizo un signo amistoso con la cabeza, con esa acogida fácil que caracteriza á los artistas, acostumbrados á recibir los homenajes de los desconocidos, como príncipes en medio de la multitud. Pector salió á su encuentro y nos presentó, á su primo y á mí.
Parece que este sitio es el que se habia elegido para formar el establecimiento cuando llegaron las primeras familias: pero, espantadas por las mareas vivas, que algunas veces alcanzan á cubrir toda la superficie de aquel terreno, se pasaron al N, y se fijaron en la loma donde está el fuerte.
Hubo una larga pausa. Los ojos casi sin vista de Fray Miguel se fijaron intensamente en el Padre Ambrosio, como si fuese el alma sin el intermedio del material aparato quien por ellos mirase y viese. A pesar de su poder mágico, y a pesar de su ánimo brioso, bajó los ojos el padre no pudiendo resistir la intensidad y el fuego de aquella mirada. El Padre, con todo, estaba sereno y tranquilo.
Los dos amigos fijaron su nueva morada en la casa de una piadosa viuda, de buena posición social, la cual asignó al Sr. Dimmesdale una habitación que daba á la calle, bañada por el sol, pero con espesas cortinas en la ventana que suavizaban la luz cuando así se deseaba.
El segundo trozo, entre los rios Igatimí y Yaguarí, fué absolutamente despreciado de los conquistadores, que hallándole casi desierto, nunca fijaron el pié en él, sino el V. P. Fray Luis Bolaños, que inició la reduccioncita de Pacoyú que se deshizo en un momento.
Echéme a reír al ver la indignación que había en su mirada por mi audaz atentado, y mientras me reía, mis ojos se fijaron casualmente en esta frase: «He visto una señorita muy linda a la que desearía querer mucho, pero...» Esta última palabra, aunque muy legible todavía, había sido tachada con un rasgo de pluma, y tal circunstancia tomó para mí una singular importancia.
Reparola Cervantes, y en ella con curiosidad y aun con cuidado se fijaron sus ojos.
En las calles en cuesta que descendían a la Carrera de San Jerónimo, unos terrenos sin edificar dejaban abierto un ancho espacio de cielo entre las casas. Los ojos de los dos se fijaron al mismo tiempo en una estrella que resaltaba sobre las otras con brillo extraordinario.
»Yo mismo no comprendo cómo el ilustre Senado, la Cámara de diputados y los demás organismos nacionales no fijaron su atención en el aspecto subversivo que nos ofrece ese gigante desde que llegó.
Palabra del Dia
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