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Actualizado: 7 de junio de 2025


No contenta con eso se puso a contar un sueño rarísimo, lleno de disparates tan atrevidos, que Zoraida y yo nos pusimos coloradas. ¡Y Julio, cómo se reía! "Al fin no dio ninguna explicación del por qué había faltado tantos días. Alguna aventura, con seguridad. "Zoraida lo ha invitado para mañana a comer". "15 de mayo. "Mientras oíamos la música de Zoraida, en el piano, Julio me ha mirado mucho.

Este cambio o mejora en mi posición y la consideración de que su hermana de usted tomó por marido a un hombre honrado y pobre, y de que usted no ha de ser ni más ambiciosa ni más exigente que ella, me dan al cabo el atrevimiento que me ha faltado hasta el día, y me llevan a declararle que la quiero de amor y que sería yo el más dichoso de los hombres si usted me correspondiese.

Bien lo notó el Ilustrísimo Señor Obispo de esa diócesis en su visita, en la que dejó dadas las correspondientes providencias para remediar el doloroso abandono que advirtió en algunos pueblos, siendo maravilla el que con tanto descuido no faltasen ya muchas alhajas de la iglesia, mayormente sucediendo que a menudo suelen quitar y poner sacristanes, sin que a los entrantes se les entregue por cuenta la sacristía, ni a los salientes se les tome cuenta, de modo que si faltase alguna cosa sería imposible el averiguar cuándo o en qué tiempo había faltado; y si no suceden frecuentes extravíos o robos es porque los indios tienen mucha veneración a las cosas de la iglesia.

No le había faltado tiempo para conocer a Huberto como flirt; sabía a no dudar, que era un sportman perfecto, que su conversación de hombre de club distraía agradablemente a su auditorio, pero se daba cuenta también que, moralmente, le era perfectamente desconocido. ¿De qué vivía la inteligencia de aquel hombre? ¿Cuál podía ser la naturaleza de sus aspiraciones, el valor de su conciencia, el objetivo de su vida? ¿Hacia qué ambiciones o ensueños dirigía su voluntad?

Para realizar grandes cosas sólo le ha faltado un amor que le diera alas. Es un idealista imposible. Sus confesiones me impresionaron, claro está, porque yo también soy una idealista imposible. Tuve que bajar los ojos y luego fingirme distraída, para que él no pudiese advertir la exaltación que me producían sus palabras. Mi actitud le ha sugerido seguramente una idea errónea.

Pues si pierdes el tiempo perorando inútilmente no será nada extraño que haya quién lo aproveche y te quedes rezagado como siempre. Si así sucede la culpa será tuya, porque yo te he suplicado que no me interrumpas y no parece sino que te ha faltado tiempo para hacerlo. Está bien. Habla, pues; ya te escucho. Veamos qué es lo que tienes que contarme.

»Todos estos recatos míos, que él debía de tener por desdenes, debieron de ser causa de avivar más su lascivo apetito, que este nombre quiero dar a la voluntad que me mostraba; la cual, si ella fuera como debía, no la supiérades vosotros ahora, porque hubiera faltado la ocasión de decírosla.

Mas, cuando no le halló, y sus criados le dijeron que aquella noche había faltado de casa y había llevado consigo todos los dineros que tenía, pensó perder el juicio. Y, para acabar de concluir con todo, volviéndose a su casa, no halló en ella ninguno de cuantos criados ni criadas tenía, sino la casa desierta y sola.

A pesar mío, volví la cabeza en la misma dirección, y vi que aquel palco estaba vacío. Sin duda, pensé, esperaba a alguien que no ha venido; una ella que ha faltado a su palabra... o está enferma, o a quien un marido celoso ha impedido venir... Y él la ama... y la espera... ¡Pobre joven!

Procuraba el bueno de Frasquito tranquilizarla, pero inútilmente. Y el desteñido viejo tenía que callarse cuando su paisana le decía: «¡Pero si nunca ha pasado esto; nunca, querido Ponte! Ni una sola vez ha faltado de casa en tantísimos años».

Palabra del Dia

vorsado

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