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Actualizado: 7 de junio de 2025
La expresión de sus sentimientos acerca del tremendo anatema perdiose en la oscuridad de aquella caverna. «Al menos, desdichada, confiese usted su delito dijo Rubín, que deslizándose en las tinieblas había encontrado un cajón en que sentarse . No me oculte usted nada. ¿Cuántas veces, cuántas veces ha faltado usted a su marido?». La contestación tardaba.
Saben que es preciso vencer y desarraigar las pasiones; pues no señor, siempre aferradas a la ilusioncita... Tijeretas han de ser... En resumidas cuentas, que usted no quiere salvarse. La pusimos en el camino de la regeneración, y le ha faltado tiempo para echarse por los senderos de la cabra. ¡Al monte, hija, al monte! Bueno; allá se entenderá usted con Dios.
La propiedad, por pequeña que sea, tiene esa virtud, y si es recién adquirida, en más alto grado. ¡Figúrese usted si durante estos días en que tan soberanamente se ha aburrido y tan hermoso se ha mostrado el tiempo, nos hubieran faltado motivos de excursiones y temas de conversación y andamiajes de proyectos!
¿Que no son bonitos, lucero? Anda, vé y dí eso delante de testigos y te llevarán á la cárcel. Déjame besarlos, salero, ya que sin razón les has faltado...
Jacobo iba también comprendiendo, y desde luego pensó que nadie que no fuera Diógenes era capaz, ni en Madrid ni en todo el mundo, de dar una broma tan constante a aquel pobre majadero, para lo cual se necesitaba paciencia a toda prueba, relaciones muy extensas y medios de comunicación difíciles y complicados. Con verdadero asombro, preguntóle entonces: ¿Pero de veras no te ha faltado ningún día?
No queremos referirnos a esos conflictos insolubles dimanados de la deslealtad, de haber faltado a la fe jurada ante los altares de Dios y las leyes humanas. He aquí volviendo a nuestro primer argumento uno de los casos en que es más difícil «hacer las paces» que hacer la paz. Ninguna paz es irrealizable, mientras que hay paces que son imposibles en absoluto.
Por desoírle, decía la infeliz, había faltado a la ley de Dios, y por esta falta había venido el castigo de sus desventuras; desventuras que ella había sufrido, aunque con muchas lágrimas, sin una sola queja. Era su deber.
Cuando un día os declareis independientes, dijo algo ensimismado al lacayo indio que le abría la portezuela, ¡acordaos de que en España no han faltado corazones que han latido por vosotros y han luchado por vuestros derechos! ¿Dónde, señor? contestó el lacayo que no le había comprendido y preguntaba á donde tenían que ir.
En suma, la casa era tal y tan cómoda y señoril, que si la hubiera alquilado don Paco, en vez de vivirla, no hubiese faltado quien le diese por ella cuatrocientos reales al año, limpios de polvo y paja, esto es, pagando la contribución el inquilino.
La vida pública, que hasta entonces había faltado a esta asociación árabe-romana, entró en todas las ventas, y el movimiento revolucionario trajo al fin la asociación bélica en la montonera provincial, hija legítima de la venta y de la estancia, enemiga de la ciudad y del ejército patriota revolucionario.
Palabra del Dia
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