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Actualizado: 16 de mayo de 2025


3 El Fénix de la Escritura, el glorioso San Jerónimo, de D. Francisco González de Bustos. 4 Cuando no se aguarda, de D. Francisco de Leiva Ramírez de Arellano. 5 No hay contra lealtad cautelas, del propio autor. 6 Amadís y Niquea, del propio autor. 7 Las tres coronaciones del Emperador Carlos V, de D. Fernando de Zárate. 8 De los hermanos amantes y piedad por fuerza, de D. Fernando de Zárate.

4 El Fénix de España, San Francisco de Borja, de un ingenio de esta corte. 5 El cielo por los cabellos, Santa Inés, de tres ingenios. 6 El emperador fingido, de Gabriel Bocángel y Unzueta. 7 La dicha es la diligencia, de D. Tomás Ossorio. 8 Fiesta de zarzuela llamada Cuál es lo más en amor, ¿el desprecio ó el favor? de Salvador de la Cueva.

Me han dicho que en su casa sigue todo como antes. Los mismos muebles, la misma criada Rafaela, y hasta el grajo, bien sea el mismo también, que por milagro de nuestro Santo Patrono vive aún, ó bien sea otro que le reemplazó á tiempo, y parece el fénix renacido de sus cenizas.

Para aumentar la complicacion, no se halla solo, sino en compañía, en íntima relacion con sus semejantes, en recíproca comunicacion de sensaciones, de ideas, de sentimientos; y todos á su vez en contacto, y bajo la influencia de seres desemejantes, de asombrosa variedad, y cuyo conjunto forma el universo. ¿Comenzará por echarlo todo abajo? ¿Querrá reducirlo todo á cenizas, sin exceptuarse á propio, y esperando renacer de la pira, cual otro fénix?

«El Fénix villavejano» Acompañado del propio Maravillas, que para eso y para dirigir y mejorar a su gusto la edición, había ido dos días antes a la ciudad, entraba en Villavieja el paquete de los quinientos ejemplares, húmedo todavía y exhalando el tufo que enloquece a los pipiolos y regocija a los veteranos en la esgrima de la péñola, al mismo tiempo que subía hacia Peleches don Alejandro Bermúdez.

Luce el sol de nuestra España; Compone Lope de Vega, La fénix de nuestros tiempos Y Apolo de los poetas, Tantas farsas por momentos, Y todas ellas tan buenas, Que ni yo sabré contarlas, Ni hombre humano encarecerlasDespués menciona Rojas otros dramáticos, cuyo mayor número son los que, según Cervantes, «han ayudado á llevar esta gran máquina al gran Lope

Mas Cristela le dijo: Piensa que si tiene el pelo rojo es porque no sabe teñirse y no le gusta engañar... si su cuerpo se agobia, es porque siente sobre su espalda las penas de todos los desgraciados... ¡Alégrate, hijo mío, de que sea verdadera y buena! No se alegró mucho el príncipe Fénix.

El cuadro de costumbres que relata en El Fénix de Sevilla, de que ya me ocupé, es buena prueba de que aquel gran hombre supo identificarse en el ambiente de las costumbres sevillanas.

«Nuestros ideales...» Aquí se detuvo de repente; y cambiando su tono campanudo por el llano y de todos los días, advirtió a su padre: Ha de saber usted, ante todo, que el fénix es un pájaro fabuloso o imaginario, del que se cuenta que renacía de sus propias cenizas, como la muerta planta renace de la semilla que ha producido en vida... ¿Se entera usted?

Dijérasme: «Padre mío, Yo soy mujer flaca y débil; Caséme contra tu gusto, Yerros de amor oro tienenPerdonárate yo entonces; Que no es posible eligieses Hombre tan vil, siendo cuerda, Y en virtud é ingenio un fénix. Cualquier hombre te dijera, Por vil y bajo que fuese; Y no pude el que me dió Para marido mi suerte.

Palabra del Dia

commiserit

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