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Actualizado: 29 de junio de 2025


Entonces prosiguió Delaberge vivía en Rosalinda un hombre muy original llamado Le Maroise. Tenía costumbres muy singulares, se pasaba el santo día en un cuarto con las ventanas cerradas y no salía sino después de anochecido, en una vieja berlina que guiaba un cochero tan extravagante como su dueño... ¡Ese hombre original era mi tío! interrumpió ella riendo. ¡Ah!... Perdóneme...

La suposición de que las mujeres pudieran alguna vez llevar faldas resultaba tan extravagante é inaudita, que todo el respetable Senado empezó á reir, y, animados por su hilaridad, los ocupantes de las tribunas lanzaron igualmente grandes carcajadas.

Pero usted no pretende hacer el bu, ni pasar por originalísimo, siendo raro y extravagante. De ello me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intención, si perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen al infierno.

Sentada de espaldas al escenario, parecía no haber roto un plato en todos los días de su vida, y paseaba la vista por la espléndida sala, sin fijarla en ninguna parte, con esa indiferencia con que se mira una multitud del todo desconocida: más bien que para ver, parecía estar allí para ser vista, y la exagerada elegancia, algún tanto extravagante, de su traje de terciopelo negro con camelias rojas indicaba claramente el plan preconcebido de atraer todas las miradas.

Para muchas de las señoras y señoritas presentes, que, o no eran del país o eran muy jóvenes, la aparición de Emma en el mundo, si aquello era mundo, ofrecía una novedad absoluta, porque no podían recordar, como otras pocas, que años atrás aquella mujer, vestida con tanto lujo, de facciones ajadas, de una tirantez nerviosa y avinagrada en el gesto, había sido la comidilla de la población por sus caprichos y locuras de joven mimada y rica y extravagante como ella sola.

La romántica, la sentimental era ella, que le había besado locamente cuando expiraba. «¿Si habré sido yo la liviana, la sandia y la extravagante? ¿Si habré estado enamorada del fraile, que no pensaba en sino con inocente y sencillo afecto paternal?».

Figúrate que mi contrincante el conde de Trevia, hombre de carácter extravagante, y que algunos daban por loco, llegó á este país en los comienzos del verano, con toda su familia. La señora era una mujer de singular hermosura y llena de atractivos en su parte moral, si no miente la fama.

Reprobaba mucho el juego interesado, bailaba con los hombres con sumo entusiasmo, era en extremo sobrio, extravagante en su vestido y sus movimientos, y en sus buenos ratos leía los salmos con unción y aprobaba mucho diversiones tales como el baile y el canto.

La fachada es monumental, inmensa y de proporciones góticas, que constituyen una de esas estupendas pero desgraciadas imitaciones que la extravagante ó ecléctica arquitectura moderna hace de las románticas é incomparables creaciones del arte popular de la edad media. Aquella es una obra que asombra por su magnificencia, pero que carece de la misteriosa majestad de la poesía artística.

Es de advertir que el matutero era conocido entre los de su calaña por el extravagante nombre de Chaleco. "Déjamelo á mi exclamó el chalán. Tríncalo por el piscuezo; quío ver lo que tienen esos realistas dentro del buche."

Palabra del Dia

consolándole

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