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Actualizado: 29 de junio de 2025
La «Villa Blanca» merecía su nombre y en medio de las edificaciones multicolores y de las quintas chillonas en que se complace la extravagante fantasía de arquitectos delirantes se distinguía por su elegante sencillez y por su fachada inmaculada.
Todo contribuye, pues, á producir una ilusion completa de viaje aéreo y extravagante, una profunda impresion que, por su novedad, persiste grabada en el espíritu por muchos dias. La idea de Lóndres no se puede adquirir al llegar, por falta de un punto de vista que ofrezca el panorama completo.
Resultado de todo fue que, para dar expansión a las fogosas emociones que la noticia había despertado en su alma y para dar claro testimonio al mundo entero del profundo disgusto que un matrimonio tan extravagante les causaba, la juventud laciense dispuso una soberana farsa a cuyos comienzos asistimos.
Todo pasaba en extravagante mezcla por los ávidos esófagos: el salchichón revuelto con soda, los pasteles bañados en aceite de sardinas. Y cuando su famélica nerviosidad empezó a calmarse, rompieron a hablar del desafío como de un suceso remoto, de un hecho histórico envuelto en las maravillosas nieblas de la lejanía, que todo lo agiganta.
Difícil es encontrar quien niegue el principio de contradiccion y admita el de evidencia; sin embargo haciendo esta suposicion extravagante, si algun principio pudiera servir para el caso seria este sin duda, porque la cuestion estaria reducida á si confesaria que los principios son para él evidentes; si no lo son, su entendimiento es diferente del de los demás hombres; si lo son, el argumento que se le hace es concluyente.
Para ella era como la sensación de un lujo enorme extravagante la pereza que sentía de echar cuentas y atar corto a Nepomuceno: comprendía que él hacía su Agosto con el caudal de su sobrina, que iba pasando a poder del administrador gran parte del capital administrado, pues bien claro estaba que todos los días D. Juan hablaba de sus propias rentas, que por milagros de la suerte o por bondad de la Providencia, prosperaban, y todos los días también hablaba de desventuras sin cuento que caían sobre los predios de la Valcárcel y la parte de su capital colocada en manos industriosas de España y del extranjero.
Algunos, con el enardecimiento de su entusiasmo, daban el viva extravagante y heroico de las grandes batallas el que acompaña al populacho armado y patriótico de los «rotos» en sus empresas hazañescas, la aclamación reveladora de un carácter testarudo, capaz de ir adelante por encima de todos los obstáculos. ¡Viva Chile, m...!
»Era limpia, no se podía negar, limpia como el armiño; esto al fin era un mérito... y una pulla para muchas damas vetustenses». Pero añadía Obdulia: «Fuera de la limpieza y del orden, nada que revele a la mujer elegante. La piel de tigre, ¿tiene un cachet? Ps... qué sé yo. Me parece un capricho caro y extravagante, poco femenino al cabo. ¡La cama es un horror!
El miriñaque, con su ruedo de ballestas y flejes, con su amplia circunferencia, era un atavío absurdo, es decir, nos parece ahora extravagante, pues en su época era natural, lógico y aun estético, porque el uso y la costumbre forman una segunda naturaleza. El hábito hace que la locura sea razonable. Dentro del miriñaque el cuerpo iba suelto, desabrigado, como dentro de una nube.
Un tapicero de gran nombre se encargó de corregir y suavizar el desmedido lujo de un mueblaje chillón y extravagante. Hecho esto, la amiga de madama Scott tuvo la suerte de encontrar, desde el primer momento dos artistas eminentes, sin los cuales no podría fundarse ni funcionar una gran casa.
Palabra del Dia
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