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Actualizado: 4 de junio de 2025


Febrer acabó por sumirse en la lobreguez del sueño, rodando a través de las sinuosidades de su pensamiento, cada vez más confuso. En la mañana siguiente, mientras se vestía, decidióse a realizar cierta visita, con gran esfuerzo de su voluntad. Aquel casamiento era algo audaz y peligroso que exigía larga reflexión, como le había dicho su amigo el contrabandista.

Por eso, para que usted pierda toda mala sospecha, para que no quede la posibilidad de un engaño y todo se aclare por solo, voy a proponerle, si acaso usted no ha empezado a despreciarme, que nos casemos... No es el antiguo compromiso que yo exigía lo mantuviéramos secreto; la prueba que quiero darle es inmediata, ya mismo, en estos días.

Su naturaleza pletórica exigía el ejercicio. Aquella vida sedentaria que le gustaba a Ventura, aquel eterno teatro, aquellas visitas, aquel trasnochar sin sustancia, le mataban; la sangre se le ponía espesa como el aceite... ¡Pero qué le importaba a ella todo eso!

La moral está fundada, pues, en el bien general. ¿Qué era lo que exigía el bien general cuando ese desgraciado viejo se arrojó al agua? ¿Exigía que mi yerno expusiese su vida por salvarle?

Sin embargo, aun en lo referente a la vida material, sintió el joven el vacío de su madre. Aurelia se esforzaba en que no echase de menos nada; pero estaba bastante lejos de alcanzar la suprema delicadeza de aquélla. Poco a poco, no obstante, se fué adiestrando en el gobierno de la casa. Además, Raimundo ya no exigía los refinamientos de antes.

El piloto se llevaba una parte del prestigio que Ferragut ejercía sobre los tripulantes. ¿Cómo explicar su desaparición en vísperas de un viaje ilegal que exigía gran reserva? ¿Cómo asegurarse del silencio de todos?... Quedó pensativo largo rato, y de pronto abandonó su sillón, saliendo á la cubierta.

Unas veces exigía que le contasen algo, otras les obligaba a permanecer inmóviles y silenciosos. Fortuna fue que no se le ocurrierra mandar ahorcar de un árbol a Timoteo, porque en el estado en que se hallaban los espíritus, ¡quién sabe lo que sucedería! Pero el que logró presto sobreponerse a sus colegas y fijar la atención de la bella fue Grass.

Que el pueblo y las tropas estaban en una terrible fermentacion, y era preciso atajar este mal con tiempo, contrayendo á él solo por ahora los primeros cuidados; porque así lo exigia la suprema ley, sin detenerse en los demas que se temian y recelaban.

La vida se le apareció bajo una nueva luz, como algo serio y misterioso que exigía un peaje, un tributo de esfuerzo á todos los seres que transitan por ella, dejando á sus espaldas la cuna y teniendo la fosa como posada terminal. Nada importaba que los ideales pareciesen falsos. ¿Dónde está la verdad verdadera y única?... ¿Quién puede demostrar que existe y no es una ilusión?...

No saludó a nadie; separó a Reyes de un empujón del lado de su esposa; a esta la hizo tenderse sobre el lecho, y en las mismas narices del pasmado Bonis, le pidió tal clase de utensilios, que a él, el padre futuro, se le figuró que lo que el ilustre comadrón exigía eran materiales para fabricar un cordel con que ahogarle al hijo.

Palabra del Dia

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