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Actualizado: 24 de mayo de 2025


Comprendo que estoy demasiado bien en este mundo y que tengo mayores bienes de los que me pertenecen. He leído un tratado místico sobre la dulce virtud de la confianza, que me ha hecho un gran bien. Es el tesoro por excelencia, el dulce abandono a la voluntad celestial. 20 de agosto de 1805.

»Yo fuí al Yamen Imperial a hacer una severa reclamación al príncipe Tong, sobre el escándalo de Tien-Hó. »Su excelencia mostró un júbilo desordenado.

¿Qué haces por aquí? dijo acercando su rostro a los palos . ¿Eres el que parece o eres otro? Soy el que parece replicó Salvador inclinándose lo más posible sobre el arzón de su cabalgadura . ¿No esperabas verme por aquí? No habrás venido a nada bueno. He venido por ti. ¡Ah!... eres de los ministriles del Virrey. ¿Te has hecho asesor de Su Excelencia?

Don Francisco de Rojas y Sandoval, no os desea, ni os ha deseado nunca, ni nunca ha pasado de vuestro recibimiento, ni se ha acercado á vos, ni conmovídose delante de vos; os tiene como á su papagayo y á su negro y otras muchas cosas que el buen señor tiene sólo por tener lo que cuesta caro. Pero ¿quién os ha dicho eso? Conozco demasiado á su excelencia.

Probablemente don Ambrosio O'Higgins se acordó del cuento cuando, al sermonear a los capitanes, terminó la reprimenda empleando las palabras del alcalde andaluz. Aquella noche quiso su excelencia convencerse personalmente de la manera como se obedecían sus prescripciones. Después de las once y cuando estaba la ciudad en plena tiniebla, embozóse el virrey en su capa y salió de palacio.

Pero, ¿sabíais que el señor duque?... , por cierto; su excelencia se ha levantado para la mitad de la carátula. ¿Y qué hacer? Decir á voces, para que todo el mundo lo oiga: yo soy don Juan Téllez Girón, hijo del grande Osuna... pero por lo pronto hay que hacer otra cosa: recibir esta carta que vos no esperábais. ¿Acaso una carta de mi padre?

También los había italianos ó de otras tierras, que, reconociendo la excelencia de los géneros expendidos en el boliche, no osaban, sin embargo, penetrar en su interior.

Os reiríais de , si os lo dijese. Creo que no. Ensayad. Pues bien, señora, el matrimonio es para el amor por excelencia... Puede ser que el amor en el matrimonio sea un sueño, pero es el mejor de los sueños, y si alguna vez se realiza, aunque sea a medias, no debe haber en el mundo nada más agradable y elevado.

Las mejoras, pues, aunque no nos toque el decirlo, las mejoras... Al orden, al orden interrumpió el presidente: ¿qué es eso de mejoras? Soñaba que estábamos en España contestó Su Excelencia turbado. Perdone la Junta. Por consiguiente hable otro, que yo no estoy para el paso. Mi intermisión por otra parte no urge. Mi ministerio...

Señores, ¡el pansit lang-lang es la sopa por excelencia! gritaba Makaraig; como usted verá, Sandoval, se compone de setas, langostinos ó camarones, pasta de huevos, sotanjun, trozos de gallina y qué yo más. Como primicias, ofrezcamos los huesos á don Custodio; á ver ¡que proyecte algo sobre ellos! Una alegre carcajada recibió esta arenga. Si lo llega á saber...

Palabra del Dia

condesciende

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