United States or Guatemala ? Vote for the TOP Country of the Week !


Avanzando en la miseria hosca, en la confidente soledad que le era tan amable; eterno trashumante, muerta su mujer, la dulce Virginia, esa bella sombra añorante que pasa por los versos de El Cuervo, esa «incomparable y deslumbradora doncella que los ángeles llaman Leonor», errando, pues, por el mundo, llegó a Baltimore la noche antes de unas elecciones de diputados.

Ella no es responsable: nadie es responsable de faltas que no comete. Esa transmisión es un absurdo. Es una blasfemia contra la soberana justicia y la bondad del Eterno.

En vez de asimilarse lo esencial y lo eterno de sus trabajos, nos hemos contentado con su forma puramente externa, copiándola, ó más bien parodiándola, con torpeza incomparable.

De todos modos, se casará con ella y será Rey de hecho y pronto también de nombre. ¿Comprende usted? No es malo el plan. Pero usted, señora, ¿cómo es que?... Diga usted, si quiere, que estoy celosa. Pero, ¡Dios eterno! ¿puedo, acaso, verlo casado con ella? Y ahora, retírese usted.

Bien hubiera querido el Kan que este encanto fuera indestructible y eterno, mas no pudo lograrlo a pesar de sus maravillosos conocimientos en la magia. El rey de los genios se opuso a su mal deseo, y si bien no pudo hacer completamente ineficaces sus encantamentos y conjuros, supo despojarlos de gran parte de su malicia.

Había caído la tarde en una serenidad dulcísima; algún caliente suspiro del ábrego removía en el jardín las hojas secas, llevando hasta la ilustre casa de la Torre y Roldán, clara y distinta la voz solemne del Salia, eterno arrullador de la vega.

El rey de la casa era un señor rubio que desde los bancos de la oposición se divertía molestando al jefe del gobierno: un diputado eterno con fuerzas para hablar tres días seguidos. Rafael había oído ponderar la concisión y la claridad de la oratoria moderna en los parlamentos de Europa. Los discursos de los jefes de gobierno en París o Londres llenaban media columna de un periódico.

Todavía hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los sepulcros, y que, en aquel día, que es la fiesta de Adonis, cantan el himno de la muerte y de la resurrección, himno que Apeles ha cantado mil veces y que su nieto cantó poco antes de morir: «Así lo quiere el eterno Zeus: debes descender bajo la tierra florida, y besar á la sombría Perséfone ¡oh hermoso Adonis!

El motor de todo esto, ora todo esto sea eterno, ora haya sido creado por el motor, sobre lo cual vacila Hay, presenta razones en pro y en contra y no decide, es un motor único, supremo y anterior, si no cronológicamente, dialécticamente, a todo cuanto fue, es y será.

Monarcas famosos, al pasar por Mallorca, habían salido del alcázar de la Almudaina para visitar a los Febrer en su palacio. Unos habían sido almirantes de las flotas del rey; otros, gobernantes de lejanos territorios; algunos dormían el sueño eterno en la catedral de La Valette con otros ilustres mallorquines, y Jaime había contemplado sus tumbas en una visita a Malta.