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Actualizado: 1 de junio de 2025


Generalmente, una alegría estúpida reinaba en la tertulia, lo que no era óbice para que a veces también ocurrieran en ella cosas lamentables. Hacía dos años, mientras una joven y bella bohemia cantaba, un estudiante se pegó un tiro; se fue a un rincón, se inclinó como para escupir y se disparó el revólver en la boca, que olía aún a vino.

No, tía; no soy un monstruo, dijo la joven respirando con esfuerzo, tan violenta era la emoción que la embargaba; no, yo no soy irrespetuosa, ni ingrata; pero tampoco ciega ni estúpida. lo que veo y entiendo lo que oigo.

Se echaba en cara haber sido hasta entonces una mujer sin cuidados para misma. A los diez y seis años ya era hora de que pensase en arreglarse. ¡Cuán estúpida había sido al reir de su madre siempre que la llamaba desgarbada!...

No cabía duda de que la viuda sentía una secreta inclinación por el hijo de Miguelina... ¿Cómo no lo había él adivinado ya desde el primer día, él que se preciaba de tan buen observador?... Cierto que su egoísta vanidad y su estúpida preocupación de representar tan bien su papel de enamorado le habían puesto una venda en los ojos.

Brooke se había casado con una gitana del Albaicín. Buen provecho; pero de todas maneras era una aventura estúpida. La piel del tigre la conservaba, por el tigre, no por el inglés». Esta historia no la sabía bien Obdulia; creía que se trataba de un norte-americano; se lo había dicho Visitación... «¿Por qué no había ido al teatro?

Había pedido á la mujer de la taquilla un periódico, y empezó á examinarlo con precipitación, empinándose sobre la punta de los pies para recibir mejor la luz de una lámpara pendiente del techo. Al mismo tiempo hablaba entre dientes. Veamos.... Esta estúpida historia de la alsaciana deben darla en alguna parte. Un mal film de ocasión, hecho de recortes.

«¡Qué vida tan estúpidapensó Ana, pasando a reflexiones de otro género. Aumentaba su mal humor con la conciencia de que estaba pasando un cuarto de hora de rebelión. Creía vivir sacrificada a deberes que se había impuesto; estos deberes algunas veces se los representaba como poética misión que explicaba el por qué de la vida.

Y tuvo una explosión de alegría formidable, rompiendo a reír violentamente y entrecortando su risa con profundos sollozos sin lágrimas. El cura se apresuró a desmentir aquella falsa nueva, hija de una compasión estúpida, y preciso fue ya decirle de una vez que su hijo había muerto... Pero el cura se detuvo allí espantado y no tuvo valor para decirle cómo ni cuándo.

Llama equidad á la ruïn codicia, llama heroismo al crímen más sangriento, saber á la malicia, redencion al tormento, y á la venganza bárbara, justicia. Ciencia al enmarañado laberinto en que su limitada inteligencia se pierde errante sin hallar salida; alma á su ciego instinto, al vil temor prudencia, al fanatismo ciego, ley al hierro homicida, y á la inaccion estúpida, sosiego.

, la religión verdadera se parecía en definitiva a sus ensueños de adolescente, a sus visiones del monte de Loreto más que a la sosa y estúpida disciplina que la habían enseñado como piedad seria y verdadera. ¡Y cuántas más lecciones le había prometido el Magistral para otro día! ¡Cuántas cosas nuevas iba a saber y a sentir! ¡Y qué dicha tener un alma hermana, hermana mayor, a quien poder hablar de tales asuntos, los más interesantes, los más altos sin duda!

Palabra del Dia

cabalgaría

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