Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de octubre de 2025
Pus ná me decías entonces de venir tan aína. ¿Cómo es eso, tiña? Porque al otro día de escribirle á usté se prenunció la gente de la freata. ¡Tiña! ¿Y tú también? No, señor...; pero me vi revuelto en la tremolina, sin saber cómo. ¿Y á cuántos prenunciaos colgaron de las gavias? Á denguno. ¡Retiña! ¿Cuándo se vió eso?... ¿Y serás capaz de venirte sin licencia? No, señor; traigo un pase.
Te conozco bien y no me dejo engañar. El aderezo se devolverá y en su lugar vendrá otro a mi gusto y al tuyo... Dejemos el aderezo... Algo tenía que decirte y ya no me acuerdo... ¡Ah, sí! Es necesario que escribamos a tu tío Rodrigo, pues según la carta que de él recibí hoy, no sabe todavía el día en que nos casamos. Creo que debemos escribirle los dos en una misma carta, ¿no te parece?
Y al escribirle contuvo el ímpetu de las pasiones, calló sus esperanzas, moderó su gozo, expresó únicamente su gratitud. Ella le contestó. Le hablaba de su difunta hermana. ¿Qué otros recuerdos habrían podido en ningún momento reproducir en su memoria las palabras fraternales? «Ciertamente, he conocido a su hermana y su memoria me es grata.
»¡Y pensar que no han transcurrido más que diez años desde que tuvo lugar esta aventura! »Esto es todo lo que acierto a escribirle hoy, Antoñita, y cuenta que tengo enfrente la inmensidad del mar... »¡Ay!
Tenía usted razón y le juzgaba con más acierto que yo... Yo me dejé enredar por sus palabras halagüeñas, por su ternura superficial y por sus vanas y vagas protestas... Me había gustado... ¿Cómo lo encuentra usted? Muy agradable. Su persona, sus gustos, su ingenio, su posición... su fortuna, hermosa sin ser colosal, sus relaciones, todo él me agradaba... y tuve la debilidad de escribirle...
¡Util! ¿Quién sabe? En todo caso merece la pena de hacer un ensayo. Sí, quizás convenga probar continuó Magdalena con acento bastante grave. Pero entonces, ¿cómo tendremos noticias de usted? ¿Cómo? Por los mismos medios si usted lo permite. ¡Oh, no! Eso no será, no puede ser. Escribirle a usted de Alemania a París era posible, pero de París... al azar, comprenderá usted que no sería razonable.
Yo quedé con un agudo dolor. Don Hugo me escribió al poco tiempo una carta muy tierna que aumentó mi amor hacia él. Con el afán de poder leer sus cartas, de poder escribirle, aprendí en muy poco tiempo á leer y á escribir. Al año pude contestar, aunque mal, por mí misma á aquel amante que se me había entrado en el alma, y á quien debía el verme cambiada en otra.
Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectación, el libro no parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un autor clásico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido escribirle.
Pero dada la exaltación momentánea de su ánimo y su temperamento excesivamente impresionable, y como quiera que ya hace algunos días que no pone los pies en esta casa, tampoco sería prudente dejar de escribirle. Y ante todo, ¿de dónde ha sacado usted que yo le desprecio?
Una era de Serafina, que no había parecido por casa de Emma hacía tres o cuatro días; escribía esta vez a Bonis, sin acordarse de lo tratado, que era no escribirle a él, y le decía que se sentía mal y con disgustos repugnantes por causa de una letra de Mochi, que no había llegado. Le pedía consuelo, una visita y.... algunos duros adelantados.
Palabra del Dia
Otros Mirando